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Por Dpa
Bruselas/Múnich. Grandes fuegos artificiales y espectaculares juegos de luces dieron la bienvenida a 2016 en todo el mundo, aunque algunas grandes capitales se vieron obligadas a extremar la seguridad por temor a ataques terroristas.
La atmósfera de celebración fue desde la despreocupación hasta la precaución, pasando por la incertidumbre en numerosas ciudades europeas y las amenazas terroristas que obligaron a cancelar celebraciones en París y Bruselas.
En Nueva York no falló el descenso de la bola gigante en la plaza de Times Square, preservando así lo que ya se ha convertido en una tradición en la Gran Manzana. Una lluvia de confetti cayó sobre las cerca de un millón de personas que allí de congregaron.
Al norte del estado de Nueva York, en Rochester, las autoridades cancelaron el espectáculo de fuegos artificiales después de que un hombre fuese acusado de un supuesto ataque a un bar y un restaurante inspirado por la milicia terrorista Estado Islámico (EI).
Río de Janeiro, que albergará el año que comienza los Juegos Olímpicos, celebró la llegada de 2016 con un enorme despliegue pirotécnico en la playa de Copacabana.
En varias partes de Europa las celebraciones fueron más sobrias, como en el caso de Bruselas, donde el alcalde de la ciudad Yvan Mayeur suspendió los fuegos artificiales por una presunta amenaza terrorista para atacar las grandes ciudades durante las celebraciones de fin de año.
Bélgica se encuentra en alerta máxima desde los atentados del 13 de noviembre en París, ya que varios de los atacantes tenían lazos con la nación vecina.
París también canceló sus fuegos artificiales de Año Nuevo y las celebraciones fueron más sobrias. Francia se encuentra en estado de emergencia desde los atentados de hace casi dos meses que causaron la muerte de 130 personas. Una iluminación especial en el mítico Arco de Triunfo, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, sirvió para dar la bienvenida al 2016.
Las celebraciones en España transcurrieron con normalidad, pero la presencia policial fue reforzada en algunas ciudades como Madrid, donde se impusieron estrictos controles para acceder a la Puerta del Sol, en el centro de la capital, donde tradicionalmente miles de personas se congregan para dar la bienvenida al año nuevo tomando 12 uvas. Este año, las autoridades restringieron considerablemente el aforo.
En Alemania las celebraciones de año nuevo se vieron empañadas por la alerta terrorista en Múnich, en el sur del país, poco antes de la medianoche. La policía se vio obligada a evacuar la principal estación de tren antes del Año Nuevo, debido a la amenaza de un atentado terrorista. Horas después reabrió la estación.
Sin embargo, en Berlín las celebraciones se desarrollaron sin incidentes, aunque también se extremaron las medias de seguridad especialmente en torno a la Puerta de Brandemburgo, el epicentro de la fiesta.
También se pudo notar una mayor presencia policial en Londres, Roma o Nueva York o Moscú. En la capital británica unos 3 mil agentes velaron por la seguridad de las miles de personas que se congregaron para ver los fuegos artificiales junto al Támesis.
En las antípodas, un millón de personas siguieron en directo los fuegos artificiales en Sidney, un espectáculo de 20 minutos de duración.
En China, una de las mayores concentraciones públicas del año con decenas de miles de personas es la de Shanghai, junto al malecón del barrio Bund, pero este año fue cancelada tras la estampida registrada hace doce meses, que causó la muerte a 36 personas.
