Ciudad de México. La Arquidiócesis Primada de México sostuvo que el “voto de castigo” para el PRI fue “merecido”, pues la sociedad está harta de “la ineficiencia, indolencia, desvergüenza y corrupción”; también fue una manifestación en contra de la propuesta del presidente Enrique Peña a favor del matrimonio homoparental, a la que calificó de “autoritaria, destructiva e inmoral”.
En el editorial del semanario Desde la Fe sostuvo que detrás de dicha iniciativa “hay un intervencionismo extranjero de poderosos lobbys auspiciados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que financian esta perversión de los valores (…) de la familia”.
La jerarquía católica demandó al presidente Peña Nieto y al PRI retirar la propuesta del matrimonio homoparental y consideró que ello es “otorgar falsos derechos a las personas con preferencias homosexuales”.
Para aminorar su crítica, la Arquidiócesis propuso que a los homosexuales “se les dé una alternativa jurídica para salvaguardar sus verdaderos derechos”.
Y no dejó de cuestionar la decisión de Peña Nieto: “¿pensó el presidente que una propuesta tan desafortunada le bastaría para cancelar la mala imagen de México y de su gobierno en materia de derechos humanos y borrar tragedias como la de Ayotzinapa? ¿Quién le dijo al presidente que la prensa internacional dejaría de ser incisiva en la vigilancia y crítica a la violación sistemática de los derechos humanos que se vienen registrando en el país? ¿Cuántos votos le iba a dar la ingenuamente llamada comunidad lésbico gay, que está tan dividida y peleada?”
La jerarquía católica generalizó al sostener que “la sociedad está inconforme” por la iniciativa presidencial. Refirió que “la sociedad se movilizó, de forma sorprendente, en las redes sociales y en las calles” y el pasado 5 de junio “emitió un voto de castigo al presidente y a su partido político, al cual también responsabilizó de “proponer el aborto en la Ciudad de México”(sic).
En el editorial titulado “Merecido voto de castigo”, la Arquidiócesis Primada de México expuso: “la sociedad ha hecho muy bien en echar fuera a los políticos corruptos e ineptos, a los funcionarios cínicos y vividores”.
Exigió al gobierno de Peña Nieto a “atender los problemas que son verdaderamente graves como la inseguridad, la caída incontrolable de la economía, el combate a la corrupción y a recuperar una verdadera vocación de servicio a la sociedad”.
“La sociedad ha hecho muy bien en echar fuera a los políticos corruptos e ineptos, a los funcionarios cínicos y vividores», destacó. A quienes ganaron en los pasados comicios – sin distinguir del partido político al que pertenecen-, la jerarquía católica les demandó “cumplir su promesa de hacer justicia y no permitir que los delitos de sus corruptos antecesores queden una vez más en la impunidad o en el olvido”.