Al menos 27 muertos en ataque a funeral en Bagdad
29 febrero, 2016
“Un mundo mejor” con las artes, las ciencias y los pueblos: ‘Galeano’
29 febrero, 2016
Por Luis A. Boffil Gómez, corresponsal
Puerto Progreso, Yuc. Especialistas en Biología Marina de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) practicaron este lunes la autopsia a la ballena que recaló muerta ayer domingo en playas de este municipio costero.
En principio, descartaron que haya existido “interacción humana”, lo cual significa que el mamífero no murió a causa de la intervención de pescadores o personas ajenas al hábitat natural.
Aunque el diagnóstico todavía no es definitivo, los expertos tienen la hipótesis de que esta ballena fue afectada por radares o sonidos de barcos y quizá hasta de submarinos, pero tampoco se descarta la contaminación de mares en la región costera del sureste.
El cetáceo, de la variedad Balaenoptera physalus, también conocida como “rorcual” o “ballena de aleta”, es la segunda especie más grande del mundo. Por lo general habita en aguas del Golfo de México.
La ballena, según los expertos, mide 14.5 metros y pesa 12.3 toneladas. Otros datos interesantes es que tanto de aleta a aleta y del ancho de la cola, ambos miden hasta tres metros.
La necropsia de este mamífero es dirigida por Raúl Díaz Gamboa, coordinador del programa de Investigación y Conservación de Mamíferos Marinos de la Facultad de Biología Marina de la Universidad Autónoma de Yucatán, acompañado por 20 estudiantes del mismo plantel.
Díaz Gamboa propuso que el mamífero sea enterrado un año, en el mismo sitio a donde recaló, y después su esqueleto sea recuperado para exhibirlo como atractivo turístico y científico en algún sitio de Puerto Progreso.
