Promete AMLO autonomía del BdM y cero déficit
7 diciembre, 2017
Preocupa a Inai redacción en artículo 9 de ley de seguridad
7 diciembre, 2017
Laura Poy Solano
Ciudad de México. En los pasados tres lustros el gasto educativo y la política pública para el sector muestran una “falta de consistencia” que se refleja en vaivenes presupuestales, de crecimiento de matrícula y cobertura, pero con una persistencia en los bajos aprendizajes de quienes cursan su educación básica, revela el Panorama Educativo de México 2016.
Por ello señala que es preciso que el Estado asigne un mayor financiamiento al sector, a fin de que todo los niños y jóvenes “cuenten con escuelas dignas y funcionales, así como una atención pertinente, inclusiva, sin discriminación que asegure su derecho a aprender”, pues los sectores de mayor vulnerabilidad social aún son atendidos por la oferta educativa con mayores carencias.
Durante la presentación de los principales indicadores del sistema educativo, Eduardo Backhoff presidente del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), llamó a no mantener una visión de corto plazo en la implementación de la política pública y programas para el sector. “El país tiene que pensar de forma inteligente, no en términos de sexenio o de un gobierno, sino como Estado. Se debe pensar a largo plazo”, tras insistir que los resultados educativos pueden demorar décadas.
El informe, elaborado por el INEE, revela que en el crecimiento de la matrícula en la educación obligatoria se presentan diversas asimetrías, pues mientras que en el periodo del año 2000 al 2005, el número de alumnos escolarizado a creció un 30 por ciento, para el periodo de 2005 al 2015, cayó al 4.2 por ciento, y se mantuvo en 3.7 por ciento para el periodo de 2010-2015.
En el caso de la secundaria paso de un crecimiento de 11.8 por ciento en los años 2000 al 2005, para caer al 2.6 por ciento entre 2005-2010, para volver a crecer en 11.4 por ciento del 2010 al 2015.
Héctor Robles Vásquez, director general de Integración y Análisis de Información del INEE, indicó que los resultados del Panorama Educativo 2016, que por primera ocasión incluyen datos de población afrodescendiente, señalan que hay una falta de consistencia en el gasto federal educativo, pues de un gobierno a otro “las prioridades no son las mismas y es evidente que se requiere mayor consistencia del gasto educativo”.
Destacó que la Cámara de Diputados debe hacer un esfuerzo para garantizar mejor que la inversión que se destina principalmente a educación media superior “esté blindada, porque más de 4 mil millones de distribuyen a través de programas federales que pueden desaparecer o compactarse de un año a otro”.
Agregó que pese a que se presentan avances en los principales indicadores educativos del 2000 al 2015, como el incremento en el número de menores y jóvenes que asisten a la escuela o que logran concluir su bachillerato, “aún enfrentamos rezagos pues todavía tenemos niños y adolescentes fuera de la escuela, y el avance en la escolaridad promedio de la población no avanza a la velocidad que quisiéramos, y los aprendizajes obtenidos por más de la mitad de quienes cursan su educación básica aún son insuficientes”.
En cuanto a los recursos que se destinan al gasto educativo, señaló que en 2015 se aprobaron 527 mil 880 millones de pesos como gasto federal para la educación obligatoria, pero de estos fondos el 82 por ciento (430 mil 651 millones de pesos) se destina a educación básica; 17 por ciento (92 mil 54 millones) a bachillerato, y sólo el 1 por ciento (5 mil 176 millones) a la educación para adultos.
A esto se suma que el crecimiento medio anual del gasto federal para el sector también presenta inconsistencias, pues del 2008 al 2012 la educación básica tuvo decremento en términos reales de 0.3 por ciento, mientras que para el periodo 2013-2015, aumentó en 3.8 por ciento.
