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Nueva Jerusalén, un polémico reducto en Michoacán

Ernesto Martínez Elorriaga, corresponsal

Morelia, Mich. El pasado 7 de octubre, la congregación religiosa Nueva Jerusalén cumplió 43 años de haber sido fundada, luego de que Gabina Romero aseguró que la Virgen del Rosario se le había aparecido en un lugar conocido como La Ermita.

Posteriormente el cura Nabor Cárdenas Mejorada construyó allí una capilla y fundó un pueblo que se rige con sus propias reglas, propiciando un estado de excepción, pues quien dicta las leyes es la virgen, dichas a través de un subalterno, conocido como “bienaventurado”.

El 19 de febrero de 2008 se confirmó la muerte de quien fuera conocido como Papá Nabor. Tenía 95 años. A través del miedo y la promesa de salvación, Papá Nabor tomó los bienes y el fruto del trabajo de más de 700 familias. Fundó un seminario; cercó toda la comunidad e impidió el paso de cualquier extraño sin su consentimiento. Creó su propia arquitectura mística combinada con folclor popular y cada vez que sonaban las campanas de la Ermita la población tenía que suspender sus actividades para rezar. No había escuela, tampoco centro de salud, ni autoridad gubernamental.

En el pequeño paraje de Puruarán, municipio de Turicato se encuentra la Nueva Jerusalén, habitan personas en condición de pobreza.

Desde 1992 el señor Agapito Gómez Aguilar fue designado por Nabor como vidente, es decir como la persona que se comunicaba y recibía las órdenes de la virgen. Él sumido en un presunto trance grababa, en casetes, los mensajes que la virgen le encomendaba y se los entregaba a Nabor.

Apoyado por un grupo de aproximadamente 40 sujetos, que se hacían llamar Guardias de Jesús y María, Gómez Aguilar impuso el miedo y el abuso en la región. Se le acusó de violar, asesinar reprimir, golpear y expulsar a quienes no aceptaban “las órdenes” de la advocación católica.

Al paso del tiempo la comunidad de Nueva Jerusalén se dividió, y una parte solicitó al gobierno que construyera una escuela, pero a pocos meses de haber sido construidas algunas aulas, en julio de 2012, fueron incendiadas por el grupo de Agapito.

Eso provocó varios enfrentamientos entre ambos mandos. Tras negociaciones el grupo de religiosos aceptó que se construyera el centro educativo, en las inmediaciones de la comunidad, del otro lado del arroyo.

Los habitantes de la Nueva Jerusalén siguen viviendo juntos, de un lado los disidentes, que siguen creyendo en la Virgen, pero ya no aceptan las reglas e imposiciones de los creyentes. Después de la muerte de Papá Nabor, Agapito fue encarcelado pero poco después murió de cáncer.