Ciudad de México. René Torres Bejarano, el profesor y ex director de la ESIME que fue cesado el jueves del Instituto Politécnico Nacional (IPN) porque, de acuerdo con las autoridades, alentó a estudiantes a desobedecer y por no dar clases, dice que las acusaciones que le hacen son falsas.
En entrevista asegura que no planea defender legalmente su puesto de trabajo, pero que sí luchará por su dignidad.
El ingeniero Torres Bejarano, de 71 años, fue docente por alrededor de 50 años en el Politécnico.
El 26 de mayo recibió la notificación de su despido y este martes al mediodía acudió a las inmediaciones de la Dirección General del Instituto, en donde decenas de estudiantes, maestros y trabajadores hicieron una manifestación para exigir al director general, Enrique Fernández Fassnacht, que lo restituya en su puesto.
Torres dice que no le interesa que lo reinstalen, sino que a la comunidad politécnica le quede claro que él no faltó a sus deberes como académico y que no llamó a los alumnos de las vocacionales a tomar sus escuelas. “Esas son falsedades y lo puedo demostrar -asegura-.
Los motivos por los que me cesaron son otros, como que he atacado las políticas del gobierno federal, por ejemplo, la reforma educativa”.
Sostiene que él, cuando ha dialogado con los estudiantes, les pide no hacer paros, sino que protesten de otras formas, porque las suspensiones de labores, cree, no afectan a las autoridades, sino a la institución.
Una de las consecuencias de ser cesado es que las autoridades le pidieron que desaloje el cubículo que ocupa en la ESIME (Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica), en Zacatenco. Pero él les responde que esEespacio ya es territorio politécnico en rebeldía. Cuenta que tiene un machete ahí y resorteras que está dispuesto a usar para impedir que lo saquen.
“Ya me declaré en rebeldía y le voy a pedir a la comunidad que haga lo mismo”, afirma Torres Bejarano, que también dirigió hace años una vocacional y el Centro de Estudios Tecnológicos (CET) 1, de San Juan de Aragón.
Abogados del Comité 68, al que pertenece Torres Bejarano, se harán cargo de su caso. “Me quiero ir dignamente. No me importan sueldos ni pensiones. Me importa que me quiten de la lista de los ganadores de las preseas Lázaro Cárdenas, de las que gané tres en mi carrera, porque es un reconocimiento de las autoridades y no quiero estar ahí. Quiero que se me restituyan los reconocimientos que me dio la comunidad, como el de la fundación de la ESIME Azcapotzalco”.
Su dignidad, dice, la considerará defendida cuando las autoridades politécnicas “aclaren que las acusaciones que me están poniendo son una falacia”.