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Va el ‘tricolor’ contra opciones “populistas y autoritarias”

El presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, en sus oficinas en el CEN del partido. Foto Guillermo Sologuren / Archivo

Alonso Urrutia y Leopoldo Ramos, enviado y corresponsal

Saltillo, Coah. Bajo la idiosincrasia tricolor de la unanimidad como premisa y la ausencia de debate, en cinco horas efectivas se realizaron los trabajos de la mesa Declaración de principios, que combinó nostalgias revolucionarias con el realismo contemporáneo que enfrenta el priísmo: qué hacer con la corrupción. Y por ello, los nuevos documentos incluirán como principio: somos un partido que rechaza y combate la corrupción y la impunidad….

Con una sonrisa congelada que no abandona ni en la parte más fervorosa de su discurso, el dirigente nacional priísta, Enrique Ochoa Reza, vaticinó que con esta nueva declaración de principios el PRI ganará la Presidencia de la República, la mayoría en el Congreso y las nueve gubernaturas en disputa en 2018.

Gracias a un consenso inmaculado, tan sólo en lo que se dilató la lectura del documento, el PRI aprobó a mano alzada y sin la necesidad de un conteo, el documento en lo general.

En lo aprobado destaca el tema de la corrupción, en el que el partido, además de condenarla, se pronuncia en favor de la honestidad, la transparencia y la rendición de cuentas, principios que deben observar los miembros del partido cuando ocupan cargos en la administración pública.

Otro principio aprobado: creemos en las alianzas y coaliciones electorales, siempre que estén fundadas en afinidad de tendencias, que expresen auténticos programas comunes; rechazamos aquellas que se sustenten en coincidencias de mera coyuntura, simulando identidad política vinculante, y que sólo manifiesta una simple ambición de poder por el poder.

Se dio paso a las propuestas en lo particular, en las que una de las pocas voces disonantes arremetería contra los partidos aliados: el Verde y Nueva Alianza. Era un militante quintanarroense indignado porque le regalaron la senaduría al Niño Verde,que ni hizo campaña ni vive en Quintana Roo, le dieron la alcaldía de Cancún a otro verde y hasta la diputación se llevaron los aliados sin aportar nada y aprovechando la fuerza del PRI.

Sería la única postura que pondría en entredicho el inamovible consenso con que todas las propuestas se aprobaron, votadas en bloque y sin necesidad de computar las manos alzadas con que se expresaba el respaldo.

Entre las intervenciones que reivindicaron las aportaciones históricas del PRI, hubo algunos espacios de autocrítica. Alguien recordó al desaparecido José Francisco Ruiz Massieu, quien, en vísperas que lo ejecutaran, auguraba o cambia el partido o nos cambian.

Algunos militantes solicitaron que el partido tuviera mayor cercanía y apertura con la sociedad, en eso de recoger sus propuestas y encabezar sus demandas. Al final, en la declaración de principios nada se dijo sobre postular a un ciudadano ajeno al partido que tantos sobresaltos genera en el tricolor.