Reuters y Dpa
Nueva Orleans. El huracán Nate se fortaleció levemente este sábado mientras avanzaba por el Golfo de México, amenazando con golpear la costa central de Estados Unidos como una tormenta de categoría 2, tras dejar al menos 27 personas muertas y miles de damnificados en Centroamérica.
Se espera que las rachas exteriores del huracán azoten en la tarde de hoy la costa estadunidense del Golfo de México con vientos con fuerza de tormenta tropical, mientras que el centro del sistema tocaría tierra durante la noche, informó Dennis Feltgen, portavoz del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH).
Los principales puertos de la zona fueron cerrados este sábado al tráfico de entrada y salida, mientras Nate se intensificaba, con un embate que se espera genere una subida del nivel del agua de hasta 3.74 metros en la desembocadura del río Misisipi.
La Guardia Costera de Estados Unidos ordenó los cierres a partir de las 08:00 hora local en Nueva Orleans; Gulfport y Pascagoula, Misisipi; Mobile, Alabama, Pensacola y Panama City, Florida.
Se espera que Nate, un huracán de categoría 1, el más débil en una escala de cinco categorías utilizada por meteorólogos, se fortalezca a categoría 2 antes de tocar tierra, según el CNH.
Su llegada a territorio estadunidense está prevista en una zona situada entre Slidell, Luisiana, y la Bahía de Mobile, Alabama, afirmó el gobernador de este último estado, Kay Ivey, en un mensaje en Twitter.
Tras tocar tierra se cree que pondrá rumbo al noreste, en un camino en el que podría cruzar Alabama. Ivey instó a los residentes en áreas que se enfrenten a fuertes vientos a tomar precauciones, asegurando que Alabama podría ser el estado más afectado. “No se puede controlar la tormenta, no se puede controlar la respuesta”, tuiteó.
Ante la llegada de Nate, Nueva Orleans, que está a 48 kilómetros al suroeste de Slidell y es la ciudad más grande de Luisiana, evacuó a algunos habitantes de áreas situadas fuera de su sistema de esclusas.
Los vientos podrían provocar importantes cortes de energía en Nueva Orleans y el nivel del agua podría subir entre 1.8 y 2.7 metros, señaló el alcalde, Mitch Landrieu.
“Hemos pasado por esto muchas, muchas veces. No es necesario entrar en pánico”, afirmó en una conferencia de prensa en la que recordó al poderoso huracán Katrina, que provocó graves inundaciones en la ciudad y acabó con la vida de cientos de personas en agosto de 2005.
Destrucción y al menos 27 muertos en Centroamérica
Como tormenta tropical, Nate arrasó en Centroamérica con carreteras y pueblos, desbordó ríos y derribó árboles, dejando a su paso al menos 13 muertos en Nicaragua, 10 en Costa Rica, dos en Honduras y dos en El Salvador, según autoridades de protección civil. En Centroamérica también calculan una treintena de desaparecidos en la región.
En Costa Rica y en Nicaragua hay unos 25 mil damnificados por las inundaciones y varias zonas de ambos países permanecen incomunicadas por vía terrestre debido a los aludes.
Nate provocó lluvias y oleaje alto el viernes sobre la península de Yucatán, que alberga a centros turísticos como Cancún y Playa del Carmen, sin reportes inmediatos de daños de importancia.
Los daños a la infraestructura causados en Costa Rica por el impacto de la tormenta tropical Nate son casi incalculables, advirtieron hoy las autoridades.
El Ministro de Obras Públicas y Transportes, German Valverde, dijo que sólo los daños en vías y carreteras “son de proporciones titánicas” y advirtió que la reconstrucción “tomará mucho tiempo”.
La tormenta, que ya se ha ido alejando con rumbo hacia el golfo de México, donde se preveía iba a convertirse en huracán, arrasó en Costa Rica, lo mismo que en Nicaragua, puentes, carreteras y dejó anegó miles de viviendas.
El meteoro dejó al menos 20 mil damnificados en los tres países.
En su último informe, el gobierno costarricense dijo que apenas se está haciendo el inventario de los daños, pues la tormenta arrasó también vastas zonas de banano, arroz y frijoles, entre otros cultivos.
“La inversión que tiene que hacer el país para reconstruir es de una magnitud muy importante y eso es un reto para el próximo gobierno (que se instalará el 8 de mayo) porque todos somos conscientes de la situación fiscal del país”, dijo el ministro.
El desastre ocurrió dos meses después de que el presidente, Luis Guillermo Solís, anunciara que el país encaraba una un “gravísimo” déficit fiscal y estaba al borde de la insolvencia financiera.
Costa Rica fue impactada en noviembre de 2016 por el huracán Otto, que dejó una decena de muertos, miles de damnificados y cuantiosas pérdidas a la economía, especialmente en el Atlántico norte, en una zona fronteriza con Nicaragua.





