Tlachi y los pueblos de la montaña
26 agosto, 2016
Temporal
26 agosto, 2016

A propósito de represores

Ignacio Betancourt

El escritor norteamericano Jack London (1876-1916) escribió en 1911 (apoyando a la campaña del Partido Liberal Mexicano en Baja California): Nosotros, socialistas, vagabundos, ladrones de gallinas, forajidos e indeseables ciudadanos de los Estados Unidos estamos con ustedes de corazón y de espíritu. Se habrán dado cuenta de que no somos ciudadanos respetables. Ustedes tampoco lo son. No hay manera de que un revolucionario sea un ciudadano respetable en estos días en que reina la propiedad. Si hace más de un siglo eran denostados quienes se atrevían a reclamar ante el abuso, hoy es una tradición que reivindican el gobierno mexicano y las trasnacionales.

Y a propósito de represores, magnífica la foto de Francisco Olvera en La Jornada de hace unos días. Se puede ver la cabeza del sargento Nuño rodeado de soldados del Ejército mexicano, ahí el secretario de Educación Pública más pareciera el promotor de la educación militar, sin embargo y pese a tan deplorable imagen aún se atreve a declarar: “Los sueños de niños, niñas y adolescentes no están sujetos a los caprichos de unos cuantos” (en realidad deberemos entender que los sueños de niños y adolescentes no pueden estar sujetos a los caprichos del gobierno de Peña Nieto). Obviamente resulta fácil hacer demagogia con un tema como la infancia y la juventud mientras en el colmo de la desvergüenza los principales agresores de quienes simulan defender reprimen brutalmente al magisterio, según ellos para proteger a la niñez y ¿quién podría proteger del gobierno a la niñez mexicana? ¿Por qué será que quienes claman por arrasar a los profesores disidentes, nunca mencionan las causas del rechazo magisterial?

Siguiendo con lo de las fotografías, qué decir de la del ultra corrupto gobernador de Veracruz muy sonriente junto al arzobispo de Xalapa celebrando la “defensa de la vida”. Las jerarquías de la Iglesia católica prostituidas por lo inmediato aunque tales jerarcas no se cansen de hablar de la eternidad; toda la verborrea beatífica se enternece ante la corrupción (que comparten) y se unen para celebrar públicamente la reforma al artículo cuarto de la constitución veracruzana, dizque para proteger la vida “desde su concepción” aplastando los derechos más elementales de las mujeres. ¿Alguien podría entender por qué tales “defensores” nada hacen por evitar que miles de niños mexicanos mueran de enfermedades curables o porqué no hacen algo por impedir la explotación laboral infantil? Pese a que  hasta las agencias de Derechos Humanos de la ONU consideran la penalización del aborto agresión y estigmatización de género, gobernador y arzobispo ignoran con desfachatez toda normatividad. Dios los hace y ellos se juntan.

Y cambiando de tema (pero no mucho) cómo interpretar la rapidísima liberación del secuestrado hijo del Chapo Guzmán ¿Cuántas decenas de miles de ciudadanos que han sido secuestrados permanecen desaparecidos? Algunas lecturas posibles de tan singular evento pueden ser: en cuestión de secuestros y rescates el narco es mucho más eficiente que los propios gobiernos federales, estatales y municipales, o ¿habrá que volverse narco para liberar a un ser querido? Mientras que el crimen organizado de hecho prescinde del gobierno, esto no ocurre a la inversa. El grave problema del llamado crimen organizado que con Calderón comenzó su despegue y en el actual sexenio se ha entronizado, inició desde que se hizo entrega de los municipios a la delincuencia, pensaba la Federación que sólo serían problemas locales, error fatal. Hoy que criminales y gobernantes se vuelven unidad para atentar contra la población, solamente los más cínicos pueden sorprenderse del “mal humor social” o del inocultable hartazgo de millones de ciudadanos que ya no sienten lo duro sino lo tupido. Si en cada quincena se presenta puntualmente el descuento para la seguridad ¿por qué la inseguridad sigue en aumento?

Confundir poder con autoritarismo implica no darse cuenta de nada; que algún ciudadano común y corriente lo confunda no pasa de ser lamentable, pero si quienes padecen tal confusión son los gobernantes resulta inadmisible. Frente a tal cúmulo de atrocidades es demasiado torpe suponer que reprimiendo se resuelven los problemas. Aunque a los funcionarios se les olvide que el derecho a expresarse es un derecho constitucional, la población sólo tiene a la mano la repulsa a sus victimarios y la organización popular; no es lo mismo: yo puedo imponer un tipo de educación con el Ejército y la policía, que: puedo mejorar la educación a través de un consenso donde participen maestros y alumnos, padres de familia y autoridades educativas. Lo trascendente del conflicto magisterial y educativo y social y humano, no es cuándo el sargento Nuño termina de agonizar, se trata de cómo propiciar una discusión inclusiva y lúcida donde argumentos y contra argumentos ilustren la situación y hagan posible una discusión colectiva para un tema colectivo, no sólo gubernamental.

A raíz de la denuncia de plagio que en Aristegui Noticias se dio a conocer señalando  que en su tesis de licenciatura: “El actual presidente de México plagió al menos diez autores en su tesis para obtener el título de licenciado en Derecho por la Universidad Panamericana.”, viene al tema una reflexión de don Francisco Sosa (1848-1925), escritor yucateco y pionero del aforismo (según Javier Perucho): “Al que de lo ajeno se viste en la calle lo desnudan.” ¿Podría haber un presidente honesto con un gabinete corrupto? o ¿un presidente corrupto y un gabinete honesto? Vale la pena reproducir lo que el sargento Nuño declaró respecto al plagio: “Me parece que es un señalamiento que no corresponde con la realidad” (sin comentarios).

Del poeta venezolano Argimiro Gabaldón (1919-1964) un fragmento de su poema Aquí no ha muerto nadie: Pasen señores, pasen, aquí no ha muerto nadie,/ apenas estamos velando a Julián Torres,/ un hombre del pueblo,/ un descontento,/ uno de esos a quienes a diario asesinan porque piensan,/ porque no aceptan el mendrugo por las buenas,/ porque les quema la palidez de los muchachos/ y les incendia el alma la miseria./ No era nadie,/ pero así era Julián con la sonrisa tierna,/ su corazón abierto como se abre al rancho la sabana,/ uno de tantos que son nadie,/ infinitamente más que muchos,/ que por mucho se tienen.// Anoche lo mataron,/ le dieron todos los golpes por delante,/ tres tiros de fusil a quemarropa,/ del rostro a los pies,/ quién sabe cuántos culatazos/ y en el suelo,/ los cobardes después de muerto,/ encima del charco de su sangre,/ lo infamaron a patadas.// Dudaban de su muerte y se ensañaron,/ porque saben que su causa no se mata,/ porque crece con la sangre derramada/ y se hace fuerte con el aliento que se escapa.// Pasen señores, pasen, aquí no ha muerto nadie,/ el dolor de los hijos y la madre,/ el sabor amargo de la venganza/ que satura nuestros labios/ y ese cadáver que ahí se guarda,/ no son canto de muerte,/ es la vida que resbala hacia delante (…)