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Agua incolora, inodora e insípida

Carlos López Torres

A nte la actitud incolora de la Comisión Estatal del Agua (CEA), dependencia que no escuchó ni vio, es decir, no dio color a la solicitud del Interapas, el organismo paramunicipal terminó aplicando el no pago a los administradores de la presa El Realito.

Con notario de por medio, dada la desconfianza que ha despertado el abasto de pésima calidad que llega a los hogares potosinos, el Interapas dio por terminado el pago hasta el día de hoy, dada la infinidad de quejas sobre la turbiedad y mal olor que tienen que soportar los consumidores que son abastecidos con agua procedente de la presa en cuestión.

Por supuesto, no han faltado usuarios quienes opinan que habría que agregar a la de por sí baja calidad del líquido proporcionado, el hecho de que un alto porcentaje de las tuberías de distribución y abasto domiciliario se encuentran ya muy deterioradas, por lo que hace falta un cambio de tales conductos para impedir las filtraciones y las enormes fugas.

La decisión del organismo operador de iniciar una especie de huelga de pagos, provocó a su vez una declaración con escasa viveza o gracia del titular del Ejecutivo hacia los consumidores, es decir, los afectados de siempre, al convalidar la omisa postura de la CEA, dependencia ineficiente e ineficaz que durante el sexenio por concluir vio desfilar por su dirección a varios funcionarios, algunos de ellos involucrados en actos derivados por el conflicto de intereses, cuyas investigaciones prometidas a partir de su despido, nunca fueron publicadas.

El último recurso que se le dejó al Interapas, que hoy vive en carne propia lo que miles de usuarios han padecido durante años: el pagar por agua que no consumen y de mala calidad, hoy recibe la crítica de Fernando Toranzo Fernández, al señalar que la actitud del organismo “no es el camino”, toda vez que se trata de una decisión unilateral.

La desafortunada declaración del gobernador no es inodora, tiene un tufo parcial que, lejos de favorecer a quienes reclaman el cumplimiento de la norma oficial establecida de proporcionar agua incolora, inodora e insípida, en este caso por parte de la empresa Aquos El Realito, toma partido por los incumplidos empresarios con el argumento de que la administración estatal paga puntualmente la parte que le corresponde por la construcción de la presa y el uso del agua.

Precisamente porque el gobierno que preside Toranzo Fernández tiene seguramente un contrato o acuerdo firmado con la empresa, respecto a la cantidad y calidad del agua que se proporciona, debía velar por los intereses mayoritarios, por los ciudadanos consumidores. Ese es el camino. ¡A ver cuando nos mandan otro gobernador ciudadano!