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Banxico y los banqueros no dimensionan los problemas que enfrenta la economía

Arturo Huerta González

Los mitos ideológicos del neoliberalismo de Banxico se repiten sexenio tras sexenio. El gobernador de Banxico en la 84ª Convención Bancaria, dijo que su institución “ha cumplido con su mandato de mantener una inflación baja y estable que se refleje en la calidad de vida de los mexicanos. Esa es la mejor contribución del banco al desarrollo nacional, y al objetivo de un crecimiento económico más vigoroso, equitativo y sostenido en el tiempo”. Es el mismo discurso que los gobernadores de Banxico vienen pronunciando desde los años noventa, sin reconocer que la baja inflación se ha logrado a costa de establecer altas tasas de interés, de contraer el gasto público, como de abaratar el dólar y con ello las importaciones. Estas medidas han contraído el crecimiento económico, como la generación de empleo, ha aumento el desempleo, y reducido salarios, lo que contribuye a bajar la inflación. Esa es “la mejor contribución” de Banxico. No ha conseguido ningún crecimiento económico vigoroso, ni equitativo, ni sostenido, sino por décadas se ha deteriorado el nivel de vida de la mayoría de los mexicanos, ha aumentado la desigualdad del ingreso y ha configurado crisis económicas recurrentes.

También el gobernador de Banxico señaló que “en 2020 el banco central inyectó al sistema financiero un total de 800 mil millones de pesos, equivalentes a 3 por ciento del producto interno bruto de 2019, lo que ayudó a un mejor comportamiento del sistema y a mejorar la confianza de las instituciones financieras”. Lo que no dijo, es que Banxico adquirió cartera crediticia pendiente de pago por parte de grandes empresas deudoras en poder de la banca comercial y ésta recibió a cambio la inyección de liquidez otorgada por el banco central. Habría que preguntarle a Banxico si cobrará dicha deuda, o simplemente es otro Fobaproa, de rescatar a la banca, absorbiendo la cartera vencida que tiene de las grandes corporaciones. Además, esa mayor liquidez inyectada a la banca, no se ha traducido en mayor disponibilidad crediticia, pues ésta se ha contraído a lo largo de 2020, hasta el presente. Esa liquidez otorgada a las instituciones financieras, ha actuado a favor de éstas, no del crecimiento económico, ni mucho menos a la generación de empleo.

Por su lado, el nuevo presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), en una entrevista realizada por La Jornada en días pasados, dijo que “para la banca hay certeza y hay certidumbre por el manejo que la administración le ha dado a la crisis económica que generó la pandemia de Covid-19, visto desde las variables macroeconómicas”. Dijo que, “no adquirir más deuda y mantener el balance fiscal (en la crisis) es algo sumamente positivo”. Añadió que “las variables que reflejan la estabilidad económica que hoy se tiene en el país, son el tipo de cambio y la inversión, vista desde la adquisición de bonos del gobierno”.

Para los dueños del dinero, es positiva la estabilidad del tipo de cambio, pues ello les asegura la convertibilidad de su moneda al dólar a una paridad prácticamente fija y así evitan perder frente a una eventual devaluación de la moneda. La estabilidad cambiaria y la baja inflación, son logradas a través de la entrada de capitales de corto plazo que promueve Banxico con sus altas tasas de interés y Hacienda con su austeridad fiscal y recortes presupuestales. De tal forma, no se tiene política contra-cíclica (de baja la tasa de interés e incremento del gasto público) para responder a la caída de exportaciones, como del consumo e inversión privada y a la crisis que enfrentamos. El presidente de la ABM festeja el balance fiscal, la no deuda por parte del gobierno, la entrada de capitales que compra deuda pública y la estabilidad del tipo de cambio, pero no dimensiona la caída de 8.5 % del PIB en 2020 y de 4% en enero y febrero del presente año, en relación a igual periodo del año pasado y de cómo ello está disminuyendo el ingreso de empresas e individuos y está aumentando la cartera vencida. Esto a su vez está reduciendo las ganancias de la banca, que se traducirán en pérdidas, pues al crecer el costo de la deuda más que el ingreso de los deudores, seguirá incrementándose la cartera vencida. Al sustentar la estabilidad del tipo de cambio, en la entrada de capitales de corto plazo, refleja la fragilidad de dicha estabilidad, pues ante cualquier cambio de expectativas, dicho capital saldrá de la economía y devaluará la moneda y caerá el precio de las acciones en la Bolsa Mexicana de Valores.

También dicho banquero dijo que “México se caracterizará por ser una de las economías emergentes con un mejor balance macroeconómico y una mejor posición, hecho que a la administración le da un mayor margen de maniobra a largo plazo”. Al respecto hay que señalar que no son los balances macroeconómicos de disciplina fiscal, estabilidad cambiaria y baja inflación, lo que le da mejor posición y margen de maniobra de largo plazo a un país, pues siguen las altas tasas de interés y los recortes presupuestales. Lo que configura el crecimiento económico, es el crecimiento de la inversión a favor de la capacidad productiva y del empleo, situación que no acontece en el país. La política macroeconómica de estabilidad ha atentado sobre la esfera productiva y el ingreso nacional, lo que genera presiones sobre las finanzas públicas y privadas, como sobre el sector externo, y el sector bancario, evidenciando la vulnerabilidad en que ha caído la economía nacional.

ahuerta@unam.mx
Profesor del Posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM desde 1975