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Imposible negarlo
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A despacharse con la cuchara grande

Carlos López Torres

D después del monumental fracaso de la Legislatura y la Auditoría Superior del Estado en materia de revisión de cuentas públicas, y, lo que es peor, el crecimiento de irregularidades y observaciones millonarias, derivado de la impunidad con que se maneja el erario en los municipios y la administración estatal, el diputado Alfonso Díaz de León Guillén hace un exhorto sólo a los ayuntamientos de las 58 demarcaciones municipales para que no se sigan despachando con la cuchara grande durante la presente temporada de estímulo consumista.

El Buen Fin está cerca y el puente Guadalupe Reyes, sucederá al desenfreno mercantil que impulsará el endeudamiento de cientos de miles de potosinas y potosinos que, merced a la inducción que promete todo tipo de ofertas de los monopolios comerciales departamentales, buscarán febrilmente adquirir muchos de los productos que al final devienen en fiasco. ¿Por qué los funcionarios no habrían de darse el gusto de gastarse un poco del erario para estar a tono con la temporada?, dirán quienes han hecho de la discrecionalidad en el manejo del erario un uso y costumbre institucionalizado.

Convencidos de que la autonomía municipal, de la que se dice respetuoso el diputado presidente de la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados, permite eso y más como les consta a los impunes funcionarios municipales año tras año. Además, ¿por qué sólo a los ayuntamientos se les exhorta a no autorizarse un bono o cualquier otra iniciativa de fin de año, cuando el titular del Poder Ejecutivo disfruta de la mayor discrecionalidad en el manejo del presupuesto sin ser molestado en lo más mínimo?, se preguntarán los ediles de los 58 municipios donde las mentadas contralorías son simples tapaderas del manoteo permanente de los erarios.

Y qué decir de los diputados, quienes ya buscan por adelantado acordar un adelantito del aguinaldo y otras percepciones para participar del publicitado evento remedo de una sociedad de consumo, mientras millones de connacionales quienes tienen apenas para mal comer tendrán que conformarse con algún programita asistencialista, y por supuesto, con las migajas que los diputados locales les otorguen con los apoyos para gestión que reciben del mismo erario, es decir de los impuestos que todos pagamos.

Supuestamente arrepentidos por los niveles de corrupción alcanzados en México, los azulinos que durante doce años disfrutaron de la discrecionalidad y las mieles del presupuesto con toda impunidad, ahora sí están empeñados en el combate al institucionalizado vicio que carcome las entrañas del “sistema”, aunque en su propuesta dejan en pie las contralorías municipales y de los estados, mismas que una y otra vez han demostrado su ineficiencia e ineficacia en el control de la putrefacción existente.

Sabedores de que las contralorías municipales jamás han cumplido con su cometido, sin tomar medidas punitivas contra los malos funcionarios, en su proyecto de iniciativas finalmente toman la decisión de que dichas dependencias, cuyos titulares son designados por el alcalde en turno, dejen la facultad de penalizar las acciones corruptas de los funcionarios municipales. El caso del ayuntamiento capitalino es botón de muestra más que suficiente.

De lo que los ciudadanos sí estamos seguros es que los exhortos de diputado del Verde tendrán los mismos efectos que las llamadas a misa.

JSL
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