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Es erróneo reducir la deuda pública cuando la economía no crece

Arturo Huerta González

A pesar de que la economía creció en 2023 en 3.2%, el crecimiento promedio anual de la economía de los últimos 5 años (2018-2023) ha sido de 0.8%, como consecuencia de las políticas neoliberales predominantes de austeridad fiscal y no crecimiento de la deuda pública, junto con las altas tasas de interés, peso fuerte (abaratamiento del dólar) y las de libre movilidad de mercancías y capitales, que han desplazado a la producción nacional y han aumentado la dependencia de la economía a la entrada de capitales.

El presidente de la República, el miércoles 21 de febrero de 2024, señaló que la deuda pública nacional está a la baja y estimó que al finalizar su mandato se ubicará en los mismos niveles que cuando inició su gobierno. Y añadió además que los “inversionistas y banqueros, tienen mucha confianza en el manejo de las finanzas del gobierno de México”. Ante ello surge la pregunta ¿para quién se gobierna?, ¿para complacer a los dueños del dinero? pues quien ha ganado con esa política ha sido la banca, que en los primero 11 meses del 2023 acumulaban ganancias por 248,023 millones de pesos.

Hay que recordar que la austeridad fiscal se logra restringiendo el gasto e inversión pública, lo que por un lado contrae la demanda y la actividad económica, y por otro lado, amplía la esfera de influencia de la cúpula empresarial en la economía, la cual pasa a invertir donde el gobierno deja de hacerlo. De ahí la participación del sector privado en Pemex, en la industria eléctrica, en telecomunicaciones, en infraestructura, en la banca (que en un periodo fue del sector público), en la educación, en la salud, etcétera. Y lógico que los “inversionistas y banqueros tienen confianza en el manejo de las finanzas del gobierno en México”, pues se benefician de ello.

El Indicador Global de la Actividad Económica del Inegi muestra que la economía no presentó variación en diciembre de 2023, respecto a noviembre. En octubre tuvo una caída de 0.1% y en noviembre de – 0.4% y en enero de 2024 avanzó solo 0.1% respecto a diciembre de 2023 y enero de 2024 muestra un crecimiento respecto al mismo mes del 2023 de 2.2%, reflejando una tendencia desaceleradora respecto al crecimiento alcanzado en el 2023. Y ante ello el gobierno anuncia que seguirá con su política de austeridad para no incrementar la deuda respecto al 2018, a costa de seguir desatendiendo los objetivos de crecimiento económico, de generación de empleo formal y de distribución del ingreso.

Las principales variables que determinan el crecimiento se están desacelerando. El consumo está cayendo. El Inegi reporta que el índice de los gastos totales por consumo de bienes y servicios disminuyó 2.0%, en diciembre de 2023. El gasto e inversión pública no han impulsado la dinámica económica. El gasto neto total, excluyendo el pago de la deuda, en 2022 fue de 22.8% del PIB y en 2023 fue 22.2% y la inversión física fue 3.18% en el 2022 y 2.79% el PIB en el 2023.

Las exportaciones por su parte crecieron 2.6% en 2023, después de crecer 18.6% en 2021 y 16.7% en 2022. También el Inegi reporta que las exportaciones de vehículos pesados descendieron 21.88% en enero 2024 frente al mismo mes del año pasado.

El gobierno es el único que puede contrarrestar la caída de exportaciones, como del consumo e inversión privada, incrementando su gasto y deuda para evitar mayor desaceleración de la economía.

La posición gubernamental de mantener restringido el gasto público para no aumentar la deuda, ha afectado las ventas e ingresos de las empresas e individuos, lo que se ha traducido en mayor deuda del sector privado. Al tratar el gobierno de no incrementar la deuda, deja de gastar y termina afectando el ingreso del sector privado, lo que lo lleva a aumentar su deuda. Al restringirse el gasto público para que la deuda pública no crezca, las empresas y familias no verán incrementados sus ingresos para hacer frente al pago de la deuda, que ha aumentado además por la alta tasa de interés, lo que acelerará la cartera vencida y desestabilizará al sistema bancario y a la economía.

El gobierno debe incrementar su gasto y la deuda para que la demanda crezca y así las ventas y la producción de las empresas, lo que estimulará la inversión privada y el empleo.

El mayor gasto público generaría un efecto multiplicador que dinamizaría el ingreso de empresas y familias y el ingreso nacional en mayor proporción del gasto público, lo que se traduciría en mayor recaudación tributaria que pagaría la deuda emitida por el mayor gasto público. El mayor gasto público y la deuda se pagan a sí mismos si se dirigen a favor de la producción y del empleo nacional, lo que actúa a favor del ingreso y el ahorro nacional, por lo que el sector público, como el privado podrían hacer frente al pago de la deuda. Ello debe ir acompañado de menor tasa de interés por parte de Banxico, para reducir el costo de la deuda pública y privada para liberar recursos a favor del consumo e inversión.

ahuerta@unam.mx
Profesor del Posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM desde 1975