A contracorriente
25 enero, 2017
Encubridor oficial
25 enero, 2017

La asignatura maldita

Jaime Nava

La reproducción al interior de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí de todos los vicios de la política, que obligadamente son criticados cuando estos se ventilan en los medios de comunicación, es una de las razones principales por las que actos deleznables como el acoso sexual siguen formando parte de la vida de muchas jóvenes como una especie de asignatura maldita que deben aprobar en silencio.

Hace unos días fue dado a conocer el caso más reciente de hostigamiento y abuso sexual denunciado por una estudiante de Derecho de la UASLP. “Me apretó los glúteos mientras me decía ‘ándale mamacita, yo sé que quieres’ […] corrí hacia la puerta pero me alcanzó a tomar del pelo y me jaló de nuevo hacia él, me abrazó por atrás y me apretó los senos […] me dijo: ‘ya entiende, sólo es un ratito, es un rato conmigo o todo un semestre el que vas a tener que perder”, son algunos fragmentos que se encuentran en la denuncia que la joven presentó ante la Procuraduría contra un profesor de la Facultad de Derecho.

El acusado, casi recién egresado de la Universidad, pasó de alumno a docente gracias al tolerado nepotismo mediante el cual los maestros colocan en las plazas disponibles a sus hijos hasta insertarlos por completo –y si todo sale bien hasta que se jubilen– en la nómina universitaria. De ahí que resulte normal que las autoridades universitarias y judiciales intenten ocultar a sus influyentes creaturas con la cansina retórica que utilizan para asegurar que a las mujeres “se les cuida y respeta” mientras las denuncias contra maestros y funcionarios crecen al mismo ritmo que la impunidad.

Ya es tiempo de que Manuel Fermín Villar Rubio se diferencie de sus antecesores –y de él mismo– y comience a reconocer que la UASLP no es un ente divino, intocado por los sistemas de dominación y exento de violencia. En la Universidad Autónoma de San Luis Potosí los profesores utilizan su posición de poder para sostener relaciones sexuales con estudiantes y las mujeres deben lidiar con el acoso o las agresiones que a diario suceden desde la puerta del edificio central hasta los campus en los municipios.

¿Con qué cara puede la Universidad recuperar su sitio dentro del estado si en lugar de resolver los problemas se apuesta al olvido? ¿Cómo puede la Universidad ejercer su papel como conciencia crítica de la sociedad si desde el interior se corrompe la justicia con la inacción? Desde hace años a la UASLP la contagiaron con el virus del “qué dirán” y desde entonces sus problemas han sido enterrados arguyendo que se cuida la imagen institucional, misma que, desde hace años, se han encargado de destruir quienes han tenido la oportunidad de combatir los vicios en lugar de solaparlos.

Grupos de jóvenes se están organizando para documentar y continuar denunciando a los acosadores dentro de la UASLP para que cada vez sea más complicado que las autoridades se deslinden o exijan que se les compruebe antes de actuar. En los próximos meses la carga de la prueba pasará a manos de quienes hoy tienen el poder para tomar las decisiones y poner el ejemplo de que otra Universidad es posible. ¿Estarán el rector y los directores a la altura del momento que deben enfrentar?

Han pasado 393 días sin que se sepa el paradero de la pequeña Zoé Zuleica Torres Gómez.

¡Que la UASLP baje los costos de posgrados y licenciaturas! #EducaciónParaTodos

@JaimeNavaN

Jaime Nava N.
Jaime Nava N.
Estudiante de maestría en Derechos Humanos por la UASLP. Activista en Amnistía Internacional.