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  • Colaboración ante obradorismo
  • Pago por votos clave
  • Impacto en alianzas 4T

Julio Hernández López

La instalación de la priista Dulce María Sauri Riancho como presidenta de la mesa directiva de la cámara de diputados generó estremecimientos internos en la alianza de partidos y ciudadanos identificados con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y con el proceso denominado Cuarta Transformación (4T). No parece un episodio que vaya a quedar en la anécdota o lo circunstancial y puede significar reacomodos en la relación de los partidos y los personajes que se han agrupado en torno al obradorismo.

La concesión de ese cargo al priismo en general, y en particular a una representante emblemática de ese tipo de priismo, ha puesto sobre la mesa de discusión las alianzas, explícitas o implícitas, que el obradorismo ha ido tejiendo en el trayecto para llegar al poder, o ya instalado en él, para sostenerse en él o procesar con menos problemas algunos momentos críticos de la vida legislativa y política.

En principio, ha sido ampliamente rechazado en redes digitales sociales el hecho concreto de que la mayor parte del morenismo en San Lázaro terminó votando a favor del Revolucionario Institucional (PRI), así fuera invocando un acuerdo “fundacional” que es propicio para interpretaciones distintas y no necesariamente la aceptada por Palacio Nacional.

Hasta ahora, es cierto que el derrotado PRI ha sostenido una política de bajo perfil y colaboración frente a Morena y el obradorismo. El antecesor, Enrique Peña Nieto, no activó el mero día de la jornada electoral a los grupos de “mapaches” (defraudadores electorales) que estaban en espera de actuar y cedió la plaza con una rapidez inusitada a 48 horas de la elección de 2018. Los gobernadores priistas no han representado una oposición real hasta ahora, siempre movidos por la vocación “institucional” que también tuvieron con Vicente Fox y Felipe Calderón. Y, en el Congreso de la Unión, el priismo ha votado con Morena en temas de especial interés para el joven partido. No es menor el hecho de que el PRI ha preferido un directivo pasmado y sin autoridad política como es el gobernador con licencia de Campeche, Alejandro Moreno.

Un momento que puede explicar la postura del presidente López Obrador, expresada en una conferencia mañanera de prensa, a favor de respetar los acuerdos políticos en la cámara de diputados (lo que fue interpretado como una instrucción de votar a favor de Sauri Riancho) se produjo el pasado 28 de julio, cuando dos priistas, la citada exgobernadora de Yucatán, y el exgobernador de Coahuila, Rubén Moreira, dieron los votos clave para que desde la Comisión Permanente del Congreso de la Unión se pudiera convocar a un periodo extraordinario de sesiones que aprobaría, entre otras propuestas, las modificaciones a la ley de adquisiciones para que el gobierno obradorista pueda comprar medicamentos en el extranjero y sin licitaciones públicas (sobre todo, vacunas, específicamente contra el covid-19).

Sin los votos de Sauri y de Moreira no se habría podido convocar a ese periodo extraordinario; ellos rompieron la unidad opositora (PAN, PRD, Movimiento Ciudadano y PRI) que hasta entonces había podido contener algunas pretensiones morenistas. Desde ese día se comenzó a esparcir la versión de que en pago por esa y otras ayudas priistas se instalaría a Sauri Rianchi en la presidencia de San Lázaro.

Al oponerse abiertamente el diputado Gerardo Fernández Noroña (GFN) a la cesión de poder al quebrado PRI en San Lázaro, se produjo también un quiebre en la relación entre el PT (que bien puede acomodarse a negociaciones para bajarle a la beligerancia) y Morena, AMLO y la 4T. GFN ha señalado que lo sucedido en San Lázaro fue un error gravísimo y que la responsabilidad política es de López Obrador (https://bit.ly/31USjT7). Esos planteamientos fueron compartidos por diputados de Morena que no votaron a favor de Sauri y son signos de las redefiniciones a que lleva la antitética entrega de un tanque de oxígeno político al priismo electoralmente tan castigado y judicialmente tan emproblemado en cuanto a varias de sus figuras relevantes del pasado. ¡Hasta mañana!

Julio Hernández López
Julio Hernández López
Autor de la columna Astillero, en La Jornada; director de La Jornada San Luis.