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Se iguala el comportamiento del Dow Jones y la BMV en el 2021, como si ambas economías fuesen a tener el mismo crecimiento

Arturo Huerta González

El Departamento del Trabajo de Estados Unidos (EUA) dio a conocer el viernes 6 de agosto que en julio se crearon 943,000 puestos de trabajo no agrícolas, y la tasa de desempleo cayó al 5.4%, lo que actuó a favor de las expectativas de crecimiento y en consecuencia sobre el mercado de capitales, por lo que el Dow Jones siguió rompiendo records y alcanzó el nivel de 35,208.51 puntos. En lo que va del 2021, dicho índice ha crecido en 17.4%.

Así como las expectativas de crecimiento de EUA han favorecido al Dow Jones, también se generan expectativas favorables en la economía mexicana, lo que a su vez repercutió en el comportamiento de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). El 6 de agosto el Índice de Cotizaciones alcanzó un nivel de 51,113.85 puntos, que representó un crecimiento de 17.2% respecto al nivel existente en el 31 de diciembre del 2020.

Ante similar comportamiento de las bolsas de valores en EUA y México, surge la pregunta de que si ambos mercados de capitales tienen el mismo sustento, en el sentido de si el PIB crecerá en las dos economías en niveles tales que permita validar las ganancias emanadas del crecimiento del precio de las acciones.

En el caso de EUA, las proyecciones de crecimiento para el 2021 están entre el 6.5% y 7.0%, como consecuencia del fuerte paquete fiscal frente a la crisis que representa alrededor del 25% del PIB, y la Reserva Federal mantiene la tasa de interés entre 0.0% y 0.25%. Tales políticas incrementan la demanda y abaratan el crédito, lo que estimula el crecimiento de la inversión y la generación de empleo. La economía estadunidense creció 6.5 por ciento a tasa trimestral anualizada en el segundo trimestre de 2021. De tal forma, al crecer el sector productivo, concreta las ganancias en el mercado de capitales, aunque el precio de las acciones está creciendo en mayor proporción que la actividad económica, lo cual tiene un límite.

En el caso de México, el crecimiento de la BMV se da en función de las expectativas de que la economía nacional crecerá entre el 6% y 7% del PIB. El problema es que en la economía nacional no se están instrumentando políticas similares a las de EUA. En México predomina la austeridad fiscal, es decir no hay déficit fiscal, no hay expansión del gasto público más allá de lo que el gobierno recauda, y la tasa de interés de referencia de Banxico está en 4.25% y tiende a aumentar. Por lo tanto, no hay política económica que impulse el crecimiento económico. El gobierno, Banxico y las instituciones financieras, basan sus pronósticos de crecimiento del PIB de México para el 2021 en la creencia de que la economía de EUA impulsará a la economía nacional. La dinámica de EUA beneficia el envío de mayores remesas de los migrantes hacia sus familiares en el país, tal como está aconteciendo, lo que favorece el consumo. También crecen las exportaciones manufactureras, pero éstas son monopolizadas sobre todo por empresas transnacionales, que trabajan con altos componentes importados, por lo que su dinámica no genera efectos multiplicadores internos, más allá de la mano de obra que ocupan, por lo que no es para que impulsen el PIB en los niveles esperados por el gobierno y demás pronosticadores.

El PIB de México en el primer trimestre del 2021, tuvo una contracción de 2.9 por ciento, respecto a igual período del 2020. El PIB de México avanzó 1.5% en el segundo trimestre con relación al trimestre anterior. El consumo, que es el principal componente de la demanda, en mayo solo creció 0.9% con relación a abril. En mayo, la inversión de las empresas en maquinaria, equipo de transporte y construcción, solo creció 0.7% respecto al mes anterior (Inegi). Con dicho comportamiento de tales variables no se logrará el crecimiento de la actividad económica programado para el 2021, evidenciando que el auge de la BMV no tiene sustento alguno. Es especulación insostenible.

Los inversionistas especulativos dejarán de canalizar sus recursos al mercado de capitales cuando dejen de ver expectativas de crecimiento, por lo que al caer la demanda por acciones, disminuirá su precio y provocará salida de capitales que presionarán sobre el tipo de cambio. Banxico, ante ello seguirá aumentando la tasa de interés, para ofrecer rentabilidad para que dicho capital no se salga del país. El problema es que el alza de la tasa de interés contrae la actividad económica y menos riqueza se genera para asegurar el mayor pago de los rendimientos ofrecidos al capital financiero, por lo que se acentuarán los problemas de insolvencia. Ante ello, el capital dejará de fluir a la economía nacional y al no tener política económica para contrarrestar tal situación, se manifestará la crisis financiera y acentuará la crisis económica.

ahuerta@unam.mx
Profesor del Posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM desde 1975