Jaime Nava
Una de las acepciones de la palabra gallardía significa “valor y esfuerzo en el obrar”; la sobre explotación del término en los últimos meses quizá es la causa de que a los potosinos se les esté olvidando el verdadero significado del mantra capitalino. Para rectificar el camino propongo una columna didáctica que incluye un pequeño test de gallardía.
Si usted respondió A en tres o más: ¡Felicidades! No es necesario explicarle su papel como ciudadano.
Si respondió B en una o más: ¡Felicidades! En un futuro cercano usted podría ser secretario de algún político, funcionario público o, mejor aún, diputado como Graciela Gaitán, quien recientemente declaró que no importa cuánto hayan costado las purificadoras que el ayuntamiento de la capital estaría comprando a precios inflados; sino que lo que debe interesar es que “ayudan” a la ciudadanía. Como si la transparencia y la rendición de cuentas no fueran un tema de mayor trascendencia y que, en última instancia, estos sí ayudan a la ciudadanía como mecanismos de empoderamiento.
Pero no, ante los nuevos casos de proveedores y licitaciones encarecidos, funcionarios municipales prefieren guardar silencio antes que repetir el galimatías que provocaron al intentar explicar el origen y destino de la incomprensible Sandra Sánchez Ruiz.
Si usted respondió C en dos o más: ¡Te hace falta gallardía!, (de la gramatical) Si sigues por ese camino muy pronto será demasiado tarde para evitar el “frijol con gorgojo”.
Finalmente, si no estamos dispuestos a tolerar que se vulneren derechos en nuestro círculo personal, ni pensaríamos en formar parte de actos contrarios a la ley ¿por qué permitimos que en lo público se hagan?
Han pasado 165 días sin que se sepa el paradero de la pequeña Zoé Zuleica Torres Gómez.
¡Que la UASLP baje los costos de posgrados y licenciaturas! #EducaciónParaTodos
¡Ni un día más en el silencio, ni un día más sin Carmen Aristegui!
@JaimeNavaN