- Testimonio de Edgar Monroy
- Muerte de Blake y Zamora (Segob)
- GGL en videos, “recibiendo dinero”
Julio Hernández López
El subsecretario de asuntos jurídicos y derechos humanos de la Secretaría de Gobernación, Felipe Zamora Castro, había escuchado con especial atención en 2011, durante la administración que tenía a Felipe Calderón Hinojosa al frente, las quejas y denuncias de la escritora argentina Olga Wornat y de su asistente en investigaciones periodísticas, Edgar Monroy, quienes habían recibido amenazas, seguimientos, intervención de aparatos telefónicos, intentos de “accidente” y otras formas de presión para impedir que se publicara en la editorial Planeta el libro “Felipe, el oscuro”, referente a diversas facetas críticas de Felipe Calderón Hinojosa, entonces ocupante de Los Pinos.
Tan atento estaba Zamora Castro a los peligrosos sucesos criminales que se habían desatado en torno a Wornat y Monroy que el 10 de noviembre de 2011, ya con la escritora argentina fuera del país, contactó por teléfono al asistente investigador, Monroy, para que platicara del caso con José Francisco Blake Mora, quien había sustituido en la secretaría de Gobernación a Fernando Gómez-Mont Urueta. “El secretario Blake está enterado de toda la situación y él quiere platicar personalmente contigo”, le dijo el subsecretario Zamora a Édgar Monroy.
La invitación era para que, al otro día, viajara con Blake en helicóptero a una gira por Morelos, en espera de ciertos tiempos libres en los que ambos pudieran hablar de las amenazas y presiones que los periodistas nunca dudaron en adjudicar al poderoso secretario de seguridad pública de aquella fecha, Genaro García Luna. Cuando ya iba Monroy al Campo Marte, para el despegue del vuelo, el subsecretario Zamora le dijo al periodista que su lugar sería ocupado de última hora por un elemento del Estado Mayor Presidencial, pero que la conversación con el secretario Blake se realizaría ese mismo día, por la noche, en la Ciudad de México. Ese mismo día, el helicóptero en mención cayó y produjo la muerte del secretario Blake, del subsecretario Zamora y de seis servidores públicos más, cuatro de ellos militares.
Ese mismo día, Édgar Monroy decidió salir del país. Ya antes lo había tratado de embestir una camioneta blanca en una calle cercana a su casa, su celular se activaba aunque él lo apagara, recibía correos electrónicos amenazantes y llamadas telefónicas de madrugada para decirle que lo iban a matar a él y su familia.
Aseguran Wornat y Monroy que avisaron a Roberto Gil Zuarth, secretario particular de Calderón y a la influyente coordinadora de comunicación social, Alejandra Sota. Nada se hizo. Monroy vivió episodios dignos de una novela negra para salir del país y fuera de este, con policías ederales amenazándolo en el aeropuerto capitalino en “un cuartito” antes de volar rumbo a Praga e incluso ya con Calderón y García Luna fuera de Los Pinos, en 2013, cuando volvió a México.
Todo, para impedir que se publicara, como así ha sucedido hasta ahora, el libro “Felipe, el oscuro”, que ya se está reescribiendo, para actualizarlo, con la propia editorial Planeta que está interesada en retomarlo. Gabriel Bauducco, entonces ejecutivo editorial de la versión en México de Playboy, incluyó en un número de esa revista un adelanto de dicho libro e igualmente fue amenazado de muerte. Gabriel Sandoval, directivo editorial de Planeta, también fue amenazado, por correo electrónico y con llamadas de madrugada en las que, además del amago violento, le decían al detalle las actividades que horas antes habían realizado él y sus familiares (relatos al detalle que también hacían a Monroy).
No tienen duda Wornat y Monroy de que detrás de todo estuvo García Luna, con conocimiento de Felipe Calderón. Por cierto, Édgar dijo ayer en Astillero Informa (https://bit.ly/2LgZgVr ): “Yo vi también los tres videos de los que habló Olga Wornat… son terribles, muy fuertes, van a cimbrar la vida política del país. El video que más dura es de once minutos, se ve perfectamente a García Luna hablando, mencionando al presidente en distintas ocasiones, recibiendo dinero”. ¡Hasta mañana!





