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Jerusalén. Las autoridades políticas y religiosas instaron este jueves a los palestinos a volver a orar en la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este, después de que Israel retirara las nuevas medidas de seguridad para acceder al lugar, lo que podría zanjar una violenta crisis.

Las autoridades musulmanas retiraron su boicot al tercer lugar santo del islam, después de que Israel anunciara que eliminaría todas las nuevas medidas de seguridad que puso en marcha en las entradas de este lugar extremadamente delicado.

Jordania, que gestiona la Explanada, se felicitó por la decisión de Israel, a la que se refirió como “una etapa esencial hacia el apaciguamiento de la situación”, declaró el ministro de Información y portavoz del gobierno, Mohamed Moani. La decisión del Ejecutivo israelí llegó tras casi dos semanas de tensiones, originadas por la instalación, por parte de Israel, de detectores de metales en las entradas de la Explanada, dos días después de que dos policías israelíes murieran al ser atacados por tres árabes israelíes cerca de allí.

El ataque se produjo el 14 de julio y las tensiones degeneraron en violentos enfrentamientos entre manifestantes palestinos y las fuerzas del orden israelíes en Jerusalén Este y en Cisjordania ocupada.

“Las autoridades religiosas musulmanas en Jerusalén hacen un llamamiento a los palestinos para que entren en Al Aqsa a hacer la oración de la tarde”, declaró el jueves un responsable del Waqf, el organismo encargado de los bienes musulmanes en Jerusalén, en una rueda de prensa. Ante la instalación de los arcos de seguridad, los fieles musulmanes decidieron boicotear la Explanada de las Mezquitas, que alberga la mezquita de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca, y orar fuera. Con todo, la oración del mediodía de este jueves se celebró en las calles aledañas al sitio, aunque los responsables musulmanes indicaron que se estaban llevando a cabo los preparativos necesarios para acoger a los fieles en la Explanada de las Mezquitas en el rezo de la tarde, hacia las 16 horas 30 (13 horas 30 GMT).

El presidente palestino, Mahmud Abas, respaldó el llamamiento de las autoridades religiosas para que se vuelva a rezar en ese lugar sagrado. Sin embargo, precisó que todavía no se había decidido si se reanudará la coordinación en el ámbito de la seguridad entre la Autoridad Palestina e Israel, cuyo congelamiento anunció la semana pasada. Previamente, Abas había advertido que hasta que no se retiraran las nuevas medidas de seguridad no se retomaría la coordinación en el área de la seguridad.

Marcha atrás

Tras las presiones ejercidas por la comunidad internacional, las autoridades israelíes retiraron el jueves las cámaras de seguridad colocadas en la Explanada, dos días después de haber desinstalado los detectores de metales.

“La policía volvió a las medidas de seguridad vigentes antes del ataque terrorista […] el 14 de julio”, declaró una portavoz de la policía.

Israel justificó la puesta en marcha del nuevo dispositivo de seguridad alegando que los atacantes habían escondido sus armas en la Explanada. Sin embargo, los palestinos interpretaron el gesto de Israel como un intento de aumentar su control en el complejo, el lugar más sagrado para los judíos, al que denominan Monte del Templo. El Estado hebreo controla los accesos pero la Explanada está gestionada por Jordania. Los musulmanes pueden visitarlo a cualquier hora, mientras que los judíos solo pueden ir a determinadas horas y no tienen derecho a rezar allí. Las autoridades israelíes aseguraron que no tenían intención de modificar estas normas. Pero la instalación de los detectores de metales provocó fuertes tensiones que derivaron rápidamente en fuertes enfrentamientos en Jerusalén Este y en Cisjordania ocupada, que dejaron cinco muertos y decenas de heridos.

Además, tres israelíes fueron asesinados por un palestino en una colonia israelí en Cisjordania ocupada.

 

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