Critica Inmujeres atención de las autoridades para con los activistas
31 marzo, 2016
Cambia Seduvop proyecto del nuevo sistema de transporte
31 marzo, 2016
Jorge Torres
El director de la Casa del Migrante de San Luis Potosí, el padre Rubén Pérez Ortiz, reiteró que es preocupante la cifra de menores de edad y adolescentes migrantes que cruzan México para llegar a Estados Unidos. Detalló que a la Casa del Migrante han llegado adolescentes de 13 y 14 años, golpeados, y en algunos otros casos hay situaciones en donde grupos de la delincuencia organizada han tratado de secuestrarlos: “ellos son los invisibles, ellos no aparecen en las cifras, hacen su camino muchas veces al margen por temores, por ello son presa fácil de secuestros”, lamentó.
El sacerdote expuso que le han informado los propios migrantes que durante el trayecto por México grupos delincuenciales han querido secuestrar menores de edad, incluso la madre, padre, o el familiar que viene con el menor los han defendido, a lo que se suman algunos migrantes mayores, por lo cual se han dado “batallas campales”.
Asimismo, dio a conocer que hay amenazas de muerte: “hay adolescentes que han llegado golpeados, tenemos ahorita a un adolescente que se cayó del tren, se le está atendiendo; de por sí es peligroso ir en este camino, a veces su inocencia no logra captar a los peligros que se están sometiendo”, dijo.
Señaló que, desafortunadamente, a pesar de estas situaciones los menores y adolescentes siguen buscando el sueño americano y cuando no hay nada que perder, excepto la vida, lo arriesgan todo, además los padres, no sólo por la pobreza sino también por la violencia que se viven en Centroamérica, en donde grupos delictivos buscan reclutarlos, prefieren mandarlos al viaje para ver si tiene suerte de llegar a una vida mejor.
Pérez Ortiz consideró que aún no se ha llegado a una verdadera conciencia en el fenómeno migratorio, pues México también tiene tratados con Estados Unidos y eso le impide hacer políticas que visualicen esta situación: “es como un doble discurso, como que sí apoyamos pero por debajo del agua para que no se enteren los vecinos porque luego toman represalias. Desafortunadamente hay todo tipo de vejaciones, violaciones a los derechos fundamentales, son una realidad y más de una subcultura latina de querer aprovechar desde los policías que buscan sacar ventaja de la situación”, finalizó.
