Con misticismo, el Xantolo conquista a la zona metropolitana de SLP

Todos los allí reunidos tenían razones para cautivarse. Miles de visitantes al “Xantolo en tu Ciudad” vivieron la experiencia de la fiesta del regreso de los fieles difuntos y cientos de jóvenes integrantes de las comparsas se maravillaron de bailar para una multitud ante el imponente edificio Ipiña como escenario.

Para casi todos fue su primera vez. Para muchas familias capitalinas fue fascinante encontrarse con una cultura desconocida y para las y los jóvenes de municipios como Tampacán, Huehuetlán y San Martín Chalchicuautla, entre otros, fue algo nuevo transformarse en grotescos demonios, en cadáveres de exuberantes mujeres, en animales y ancianos andariegos bajo los arcos del elegante edificio construido por Octaviano Cabrera, animados por mostrar sus danzas a capitalinos y visitantes de otros lugares que disfrutaron el colorido y la alegría de esta festividad.

El gobierno del Estado no reparó en esfuerzos para que la tradición del Xantolo se viviera en la capital del Estado y Soledad de Graciano Sánchez. Mandó traer huapangueros, danzantes, comparsas (el ritual de los danzantes es sagrado, el de las comparsas es festivo) y hasta curanderas para limpiar las malas vibras con copal y pirul a cambio de una propina.

Desde temprana hora, miles de personas comenzaron a visitar el Centro Histórico, donde los museos exhibieron sus altares -siendo el del Palacio de Gobierno uno de los más extraordinarios- y en las plazas, las escuelas también colocaron sus llamativos altares para honrar a maestras y maestros cuya memoria persiste.

Frente a la escalinata del Teatro de la Paz, las columnas fueron vestidas con telas multicolores para engalanar un ancho altar que rindió tributo a la diversidad y entre todo ese colorido, familias enteras se dejaban envolver en esa atmósfera de olor a cempasúchil, copal y media luz, por la que los diablos paseaban y agitaban sus chicotes, dispuestos a llevarse al inframundo a los incrédulos, a los mal portados, a quienes se nieguen a creer en la existencia del más allá.

En procesión constante, miles de personas pasaban de una plaza a otra y no dejaban de cautivarse con el colorido Xantolo. En el kiosko de la Plaza de Armas, la secretaría de Cultura del Estado erigió un elegante altar de muertos y a un costado, la secretaría de Turismo instaló un escenario para que los huapangueros cantaran alegres vinuetes y sones que en la Huasteca son comunes para alegrarse la vida y recibir a sus difuntos durante todo noviembre.

Y luego, la procesión avanzaba por el estrecho callejón de la calle Manuel José Othón, a un costado de Palacio de Gobierno, convertido en el túnel del Mictlán, cuyo sendero estaba flanqueado por miles de flores de cempasúchil y una dama enlutada junto a un catrín recibían gustosos a los vivos, que se colocaron en la Plaza de los Fundadores para disfrutar del programa cultural en un imponente escenario.

Con el “Xantolo en tu Ciudad”, el centro histórico adquirió otro significado, las casonas parecían prestarse como escenario al deambular de los Huehues, que representan a los espíritus que celebran su regreso temporal a la Tierra, y sus calles cobraron vida luego de meses de encierro por la pandemia. Desde que el Coronavirus nos aisló nunca se había visto tanta gente en el Centro Histórico.

Horas después, el 31 de octubre, más de mil 200 estudiantes del Sistema Educativo Estatal Regular se sumaron a los pueblos de la Huasteca que vinieron a compartirnos su colorida tradición y participaron en un desfile alegórico que también dejó grato sabor de boca a miles de potosinas, potosinos y visitantes que en armonía y tranquilidad disfrutaron su fin de semana y la llegada de noviembre.