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Samuel Estrada
El fin de semana pasado, periodistas de distintos medios sufrieron abuso, agresiones físicas y hostigamiento por parte de elementos de la Policía Estatal adscritos al municipio de Rioverde, en donde además de despojarlos de sus teléfonos celulares, a uno de ellos incluso lo sacaron por la fuerza de su vehículo particular, lo esposaron y subieron a una patrulla sin adjudicarle ningún tipo de delito.
Según narran los agredidos, provenían de un evento que se realizó en el municipio de Xilitla y ya venían de regreso a la capital potosina, cuando pasaron en su vehículo por el municipio de Rioverde y en una de las calles se alertaron porque había patrullas e incluso una ambulancia, por lo que se detuvieron a hacer a algunas tomas y fotografías con celulares (posteriormente se enteraron que se trató de un intento de suicidio de una joven). Fue entonces cuando un agente policiaco se acercó a ellos a agredirlos.
En primer lugar se acercó el policía y les señaló que estaba prohibido que le sacaran fotografías y video a su persona ni a la patrulla, ellos le explicaron que eran prensa y que no tenía por qué haber problema en grabar a funcionarios públicos mientras desarrollan su labor en la vía pública, a lo cual sólo respondió con agresiones.
Refirieron que el sujeto, acompañado de otros policías les arrebataron los teléfonos celulares, posteriormente al intervenir y reclamar los hechos, Felipe Cendejas, productor de TVAzteca, fue sacado por la fuerza del vehículo, agredido física y verbalmente, le colocaron esposas y lo subieron en la parte trasera de la camioneta de la Policía Estatal con número de identificación 02365.
El propio Cendejas explica que en ningún momento le quisieron responder por cuál delito lo estaban arrestando y ni siquiera quisieron identificarse por sus nombres, sólo lo llevaron a una comandancia en donde lo tuvieron recluido, posteriormente llegó uno de los superiores de la comandancia, quien sólo le ofreció disculpas, lo dejó en libertad y le regresó los celulares que les habían quitado.
Finalmente, comentó que de hecho aunque les regresaron los celulares, les retiraron los chips y las memorias, por lo que temen que puedan hacer mal uso de datos confidenciales o incluso puedan ser víctimas de algún tipo de extorsión o amenazas posteriormente, por lo que decidieron poner la denuncia ante la procuraduría estatal y posteriormente también ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH).
