Dpa

Barcelona.- Las principales autoridades de Cataluña se ausentaron hoy de la recepción al rey español Felipe VI en su primera visita a la región española tras el estallido de la crisis abierta por el proceso independentista, que tuvo lugar en Barcelona entre manifestaciones a favor y en contra del monarca.

El viaje tuvo lugar con motivo de la celebración del Mobile World Congress, el mayor evento de telefonía celular del mundo.

Ni el presidente del Parlamento catalán, el independentista Roger Torrent, ni la alcaldesa de Barcelona, la izquierdista Ada Colau, ni representantes del Gobierno de la región acudieron al tradicional “besamanos” que protagoniza el rey, que durante los últimos meses defendió la unidad de España ante el desafío de los separatistas.

En la recepción sí estuvieron la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Energía, Álvaro Nadal.

Con su ausencia, muy criticada por el Gobierno español de Mariano Rajoy y por los partidos antiindependentistas, las autoridades catalanas quisieron evidenciar su malestar con el papel del rey en la crisis que vive la región, de 7.5 millones de habitantes.

La alcaldesa de Barcelona y el presidente del Parlamento catalán sí acudieron tras la recepción oficial a la cena de inauguración del Mobile World Congress, donde compartieron mesa con Felipe VI.

A través de las redes sociales, Colau justificó su gesto asegurando que Felipe VI no tuvo “un mínimo gesto de empatía” hacia la gente que sufrió los altercados que tuvieron lugar con la Policía durante el referéndum soberanista ilegal celebrado el 1 de octubre en Cataluña y que el monarca hizo “un discurso durísimo avalando la línea represiva en lugar de apaciguar el conflicto y aportar serenidad”.

“En una democracia avanzada cualquier cargo público, el rey también, ha de poder ser criticado y cuestionado (…) Por todo ello, hoy y mañana coincidiré cordialmente con el rey, pero no participaré en el besamanos que, como el propio nombre indica, es un acto de pleitesía y vasallaje impropio de una democracia del siglo XXI”, explicó.

Desde el Gobierno de Rajoy calificaron esta postura como “injusta”, “mezquina”, “irresponsable” y “sectaria” y advirtieron de que pone en riesgo la permanencia en Barcelona del Mobile World Congress, un evento que desde 2006 deja millones de euros en la ciudad y la convierte durante unos días en un escaparate internacional.

A través de Twitter desde Bélgica, donde permanece prófugo desde octubre, el destituido jefe del Gobierno catalán, Carles Puigdemont, aseguró que Felipe VI “será bienvenido” a Cataluña “cuando pida perdón por su papel insconstitucional” en octubre, en referencia al mensaje de apoyo que lanzó tras el polémico referéndum.

En las calles de la capital catalana hubo durante el día manifestaciones a favor y en contra de la visita del rey.

En los alrededores del Palau de la Música, donde se celebró el acto de inauguración del Mobile World Congress, cientos de personas se concentraron para expresar su rechazo al monarca, a quien recibieron con una fuerte pitada.

Hasta ese mismo lugar se acercó también un grupo de manifestantes a favor de la unidad de España, que portaron banderas del país, lo que produjo momentos de tensión bajo una intensa vigilancia policial.

En el interior del palacio, Felipe VI pronunció un discurso en el que destacó la importancia de una “cita clave” para Barcelona, así como la cooperación entre instituciones.

Reloj Actual - Hora Centro de México