Federico Anaya Gallardo

Vamos avanzando, pese a todo, querida lectora. La comentocracia de derechas finalmente reconoció que, a partir de 2018, la República Mexicana vive un nuevo régimen político. Esto les ha costado mucho. Apenas hace tres años insistían –en voz de Raymundo Riva Palacio– que “Macuspana suena a Macondo” y que la votación en la Revocatoria de 2022 en algunos estados del sureste “se parecía” al México de hace 50 años. A santo de esos desplantes, el lunes 2 de mayo de 2022 escribí para RompevientoTV un texto en el cual procuré desmontar los mitos que la derecha estaba creando para mal-explicarse el éxito del obradorismo. (Liga 1.) Una semana más tarde, el lunes 9 de mayo de 2022, analicé la doble táctica del presidente López Obrador en materia eléctrica en aquel año: defender su caso ante un Poder Judicial Federal que le hacía la contra y plantear una reforma constitucional que desmontase el arreglo neoliberal construido en la Administración Peña Nieto. El título de este último comentario era “¿Perder ganando?” (Liga 2).

Estos viejos comentarios te podrán parecer, querida lectora, un tanto pasados de moda en este 2025. Pese a que Riva Palacio sigue farfullando contra el obradorismo, ya poca gente le hace caso. (Y la calidad de sus refunfuños sigue bajando.) Y el movimiento de regeneración nacional, con la mayoría constitucional que logró en 2024, finalmente ha empezado a desmontar las reformas neoliberales. Entre las primeras, el arreglo eléctrico que debatíamos desde 2022. Sin radicalismos, por cierto: Al parecer, echar atrás la contrarreforma agraria salinista de 1992 no está aún en el horizonte. Con todo, para el tema que hoy me interesa, que es explicar qué es la hegemonía, importan ambos textos –especialmente el segundo.

En resumen, te decía yo aquel 9 de mayo de 2022, que en aquel fallido intento de reforma constitucional en materia eléctrica López Obrador declaró que no compraría votos en la oposición. Esto obligó a todos los actores a debatir en sus méritos tanto la propuesta obradorista como la defensa del arreglo peñista que la izquierda pretendía desmontar. Junto a los méritos, se desplegaron las ideologías. La propaganda morenista levantó los “retratos inmortales” de Cárdenas y López Mateos –defendiendo el nacionalismo revolucionario que los neoliberales habían condenado por cuatro décadas. Cosa interesante, ese discurso “vetusto” tuvo éxito entre las audiencias y los viejos partidos del “Pacto por México” aceptaron el apoyo de cabilderos privados. Pero su operación fue tan mala que quedaron exhibidos como vendepatrias. Una diputada perredista (Edna Díaz) fue fotografiada en el pleno acompañada por un muy orondo cabildero italiano (Paolo Salerno) que representaba allí los intereses de Enel Green Power México. La compañía, en medio del escándalo, debió deslindarse de Salerno. Pero para “el público de la gente” quedó bien documentada la alianza entre las corporaciones extranjeras y los viejos partidos. En un escándalo paralelo al de Salerno-Enel Green Power, la panista Margarita Zavala debió explicar al pleno por qué ella no caía en conflicto de interés si su marido trabajaba para la empresa española Iberdrola. La explicación no convenció a nadie. Zavala no se excusó. PRD y PAN siguieron firmes defendiendo el arreglo neoliberal de Peña Nieto. El “público de la gente” entendió que Calderón y el calderonismo seguían “vivitos y coleando”.

Obligado a discutir la realidad, el priísta Rubén Moreira Valdez (quien en 2025 sigue en la cámara federal, electo por tercera ocasión como plurinominal), quedó aún más exhibido. Luego del Parlamento Abierto sobre la industria eléctrica en aquel 2022, Moreira reconoció públicamente que muchas empresas privadas, nacionales y extranjeras, abusaban del arreglo constitucional peñista. Dijo en público que causaban “daño grave a la empresa de todas y todos los mexicanos [la CFE]. Tienen grandes ganancias y distorsionan los mercados al tener ventajas injustas sobre los pequeños empresarios y comerciantes. El PRI no está de acuerdo con tan grande irregularidad”. (Liga 3, reportaje de “Los Periodistas” en SinEmbargo del 18 de abril de 2022, mins.21:50-23:54.) Pese a ello, él y su bancada votaron para defender el arreglo peñista.

¡Atención! El moreirismo coahuilense era una especie de priísmo extraña. El primer gobernador de esa familia (Humberto, 2005-2011) llevó médicos cubanos a su estado para atender problemas oftalmológicos. Rubén su hermano era líder estadual del PRI y recorría los ejidos de la Comarca Lagunera escuchando las necesidades de las y los campesinos. Con esas bases sociales, Rubén sucedió a su hermano en la gubernatura (2011-2017). Desde la capital federal se veían muy a izquierdas. Que en 2022 Rubén cayese públicamente en la contradicción que te comento aquí fue una victoria propagandística espectacular. Demostró que el izquierdismo del moreirismo era sólo fachada. En 2025, la última vez que brilló en las pantallas, Rubén era un porro que acompañaba a otros porros asaltando con violencia el presídium de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.

En resumen: En 2022 López Obrador aceptó votar su iniciativa de reforma constitucional eléctrica pese a que no tenía mayoría constitucional. ¿Si no podía ganar, qué pretendía? La oposición de derechas bloqueó exitosamente la reforma (AMLO perdió). Pero el debate en la Cámara cautivó a cientos de miles de ciudadanos, y clarificó las posiciones ideológicas de los contendientes en la elección presidencial de 2024 (AMLO ganó). PAN, PRI, PRD y MC demostraron tener muy corta vista. Como tenían los votos para detener la reforma constitucional, lo hicieron. No les importó exhibirse. De hecho, presumieron que eran los defensores de las empresas privadas. Asumieron –como más tarde lo hizo el viejo Poder Judicial Federal– que detrás de esas empresas llegarían muchos millones de mexicanas y mexicanos. Resultó un mal cálculo.

Hubo señales desde la realidad. No quisieron verlas. Una de las maravillas de aquel debate parlamentario de 2022 fue que la sesión de la Cámara de Diputados en que la minoría parlamentaria frenó la reforma constitucional obradorista recibió una increíble atención en YouTube. Entre la fecha de la sesión (17 de abril) y la víspera de mi artículo (8 de mayo) el debate tuvo 1 millón 109,126 visualizaciones. Tres años después (5 de septiembre de 2025) tiene 1 millón 118,276. (Liga 4.)

En la emisión que te cuento de SinEmbargo, querida lectora, Alejandro Páez Varela recordaba la perversa trampa que usan quienes desean matar a un perro guardián: acostumbrarlo a recibir carne de su parte y luego darle un bocado emponzoñado o con vidrio triturado. Esa inteligencia malvada, decía Páez, tenía equivalentes bondadosos en la política. López Obrador no era un loco empecinado en una reforma constitucional que su bancada no podía aprobar. Estaba jugando para el futuro. Ofreció una victoria parlamentaria a las derechas como fruto envenenado para mostrar a la ciudadanía adónde estaban ubicados los partidos neoliberales y adónde plantaban sus banderas Morena y sus aliados. PRI, PAN, PRD y MC mordieron el anzuelo. No se dieron cuenta que la elección de 2024 ya había comenzado. Por eso SinEmbargo tituló ese segmento de su mesa de análisis “El Presidente tendió una trampa, y la oposición cayó directo en ella”.

Yo afirmo que este episodio es un buen ejemplo de cómo se construye hegemonía política, a partir de una situación pluralista y desde una posición inicial de debilidad. En mi artículo anterior en este espacio, lectora, te decía que hegemonía NO es una “ideología” ni es opuesta al pluralismo político. ¿Qué es, entonces?

Primero vale la pena recordar las raíces de la palabra. Luego deberemos recordar cuándo se usó primero.

Hegemonía viene del griego. En esa lengua, ηγεσία (igesía) es “liderazgo” e ηγεμονευω (igemonevo) es “yo domino”. Las ideas de liderazgo y de dominación, sin embargo, estaban ligadas a las de guiar y conducir. La palabra hegemón se usó para nombrar a una ciudad-Estado que actuaba como líder o guía de otras ciudades-Estado. Es importante recordar que las ciudades-hegemonas helenas (Atenas, Esparta o Tebas) no subyugaron ni absorbieron a las ciudades que guiaban o conducían. Estas eran parte de una liga encabezada por el hegemón, no “municipios” dentro de un Estado unificado. Aparte, en griego antiguo, ηγερεθόμαι (igerethomai) era “reunirse” o “congregarse” (sigo en esto el Diccionario Manual Griego Clásico-Español de José M. Pabón de 1967 que puedes consultar en la Liga 5), mientras que en griego moderno esta última palabra se traduce como “me despierto” (según el traductor de Google).

Así las cosas, etimológicamente hegemonía tiene que ver con dominación, pero también con conducción y guía. Y en el campo semántico de esa palabra yace la idea de congregarse y de reunirse –como hicieron las ciudades-Estado helénicas alrededor de sus hegemones. Así las cosas, algunas de las ciudades-miembro de las ligas ateniense, espartana o tebana podían entender su pertenencia a la alianza como un “despertar” y una “congregación”. Incluso había un elemento político-ideológico: los coaligados de Esparta preferían gobiernos aristocráticos, los de Atenas los preferían democráticos. Pero esta afiliación ideológica voluntaria no era cierta todo el tiempo.

No nos hagamos ilusiones buenaonditas y románticas, lectora: en el año 416 aC, cuando el hegemón Atenas luchaba contra el hegemón Esparta en las Guerras del Peloponeso, le planteó a la ciudad isleña de Melos que se uniese a su alianza, la Liga de Delos.

Melos había sido colonia de Esparta, pero se mantenía neutral y ofreció seguir así. Así que los melios se negaron a entrar en la coalición ateniense. Y estos conquistaron Melos. Los atenienses mataron a todos los hombres adultos y esclavizaron a las mujeres y niños. El ateniense Tucídides, que conoció de cerca esa operación, la describió así: “En el cálculo humano, la Justicia sólo se plantea entre fuerzas iguales. En caso contrario, los más fuertes hacen todo lo que está en su poder y los débiles ceden”. (Liga 6, adonde puedes descargar la edición de 1989 de la Guerra del Peloponeso de Tucídides por Alianza Editorial, traducción de Antonio Guzmán Guerra. La cita sobre la tragedia de los Melios, en Libro V, 89, p.447.)

La frase trágica sobre los melios ha sido traducida de modo diverso en nuestra civilización occidental noratlántica. Hacia 1600 el español Diego Gracián la puso así: “Cuando los más flacos contienden sobre aquellas cosas que los más fuertes y poderosos les piden y demandan; conviene ponerse de acuerdo con estos para conseguir el menor mal y daño posible”. (En Historia de la Guerra del Peloponeso, Tomo II, Madrid: Viuda de Hernando & Cía., 1889, p. 75; capturada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM en la Liga 7.)

En Es La Hora de Opinar, Blanca Heredia la citó del modo siguiente, al analizar la situación de México ante los EUA a principios de este año de 2025: “Los fuertes hacen lo que quieren, y los débiles sufren lo que deben”. Regresando a nuestros problemas políticos mexicanos en tiempos de la Cuarta Transformación de la vida nacional te pregunto, querida lectora: ¿aplica esta dura “ley del más fuerte” del hegemón ateniense frente a Melos en nuestro escenario político nacional?

Una primera respuesta, necesariamente superficial es: sí, sí aplica. En 2025, la potencia electoral de la coalición obradorista parece incontestable: es Atenas. La oposición de derechas es Melos. Sospecho que una lectura como esta de los clásicos griegos es la que inspira los delirios de la vieja comentocracia respecto de la “dictadura” obradorista. También nos explicaría por qué compañeros bien leídos y mejor escribidos, como Ricardo Raphael de la Madrid, identifican hegemonía como “gobierno de uno” o anti-pluralismo.

Sin embargo, en 2022 el obradorismo no parecía tan fuerte y la oposición de derechas, como hemos recordado hoy, pudo derrotar la iniciativa de reforma constitucional eléctrica de aquel año. La Historia, esa concreción de “Lo Político” es un flujo complejo.

Los clásicos (de cualquier cultura) son útiles porque siempre permiten muchas lecturas. Son oportunidades para reflexionar comparando circunstancias. Y las circunstancias siempre cambian. Por no hablar de la suerte –esa diosa extraña que llamamos Fortuna.

Seguiré en esta tarea la semana próxima. Por ahora, lectora, deseo que tengas

Salud y República.

agallardof@hotmail.com

Ligas usadas en este texto:

Liga 1:
https://www.rompeviento.tv/mitos-macuspana-suena-a-macondo/

Liga 2:
https://www.rompeviento.tv/perder-ganando/

Liga 3:
https://www.youtube.com/watch?v=-GbIvKerOy0&t=703s&ab_channel=SinEmbargoAlAire

Liga 4:
https://www.youtube.com/watch?v=ugOUCofLoIA&ab_channel=C%C3%A1maradeDiputados

Liga 5:
http://www.epapontevedra.com/documentos/latinegrego/grego/Diccionario_vox_griego_clasico-esp.pdf

Liga 6:
https://archive.org/details/tucidideshistoriadelaguerradelpeloponeso

Liga 7:
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/5/2146/3.pdf

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