Por César Arellano García

Ciudad de México. La tortura, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas siguen siendo una práctica generalizada, aseveró David Fernández Dávalos, rector de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México.

“La víctimas vivas o muertas de la guerra sucia, de la lucha electoral de los años ochenta, masacre de Aguas Blancas, el Charco, Acteal, Agua Fría, Tlatlaya, Ayotzinapa,Tanhuato, San Fernando y tantas otras, de los que no conocimos y conocemos sus nombres, siguen siendo una prueba fehaciente de que la larga tradición de impunidad y la ausencia de justicia en nuestro país aún es vigente y que no debemos olvidar”.

Al inaugurar el foro El Rol de la Academia en las Graves Violaciones de Derechos Humanos en México, a la que asistieron, entre otros, más de 20 elementos de la Policía Bancaria, el rector dijo que en el campo de la promoción y el respeto básico a los derechos básicos de las personas “desgraciadamente los retos son enormes.

La justicia para todos, sigue siendo hoy en día una asignatura pendiente y una demanda social. Ella, la justicia, es condición necesaria para la vida digna y construcción de una sociedad más equitativa, humana y respetuosa de las personas”.

Indicó que todas las prácticas criminales se mantienen todavía como métodos de investigación policíaca, y a pesar de existir una iniciativa de ley para tipificar la desaparición forzada como delito, y que los grupos de derechos humanos siguen luchando a nivel nacional a favor de esta iniciativa, “los legisladores se siguen negando a dar respuesta a esta demanda histórica”.

Por su parte, Ismael Eslava Pérez, primer visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, manifestó que el país atraviesa una de sus etapas más difíciles en la materia. “La violencia, inseguridad, corrupción y la impunidad que se registran en diversas regiones a nivel nacional han puesto en riesgo la vigencia de los derechos humanos. Han provocado un sentimiento de desconfianza hacia nuestras instituciones y una percepción de indiferencia de las autoridades ante los reclamos de la sociedad.

Las constantes manifestaciones sociales son una expresión de hartazgo ante la impunidad. De indignación ante casos de impunidad entre autoridades y delincuentes y de inconformidad ante los abusos de poder y la falta de respuesta de las autoridades a las demandas por un país más justo, incluyente y de respeto a los derechos humanos”.

En su intervención, Carlos Beristain, integrante del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) mencionó que desde un principio los padres de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa les brindaron su confianza para investigar el caso.
“México tiene muy poca experiencia en temas de desaparición forzada en comparación con otros países de Sudamérica.

“Ahora hay que pasar de la conclusión a la complejidad porque la confusión es un estado sicológico muy paralizante y una estrategia represiva y la desaparición forzada es el máximo exponente de la confusión”.

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