Alonso Urrutia

Ciudad de México. La secretaria de la Función Pública, Arely Gómez, sostuvo que la construcción del nuevo Sistema Nacional Anticorrupción representa un desafío institucional complejo que pretende, entre otros aspectos, la transformación institucional para lograr una mayor eficacia en el combate a la corrupción. Esto implicará, dijo, tener mayores vínculos entre la sociedad y las instituciones responsables de instrumentar las políticas.

En un mensaje a medios de comunicación, Gómez subrayó que el papel de la SFP en el Sistema es central pues es una dependencia “que regresó a la vida” –se le había desaparecido jurídicamente en el inicio del sexenio- pero que ahora “será pilar fundamental de lo que logre hacer el SNA, como representante del gobierno federal y como la entidad con mayor capacidad institucional de las que conforman el Comité Coordinador del SNA.

Destacó que en sus tareas inmediatas, la SFP pretende operar en tres perspectivas: la estructura y renovación de la Administración Pública Federal; la relación entre la sociedad y la operación de las dependencias de gobierno, así como el marco ético, normativo y de respeto a los derechos humanos desde el cual opera.

Gómez mencionó que “el Sistema Nacional Anticorrupción representa el cambio normativo más importante en la materia, y sus alcances e implementación estarán a prueba especialmente en esta primera fase de construcción.”

Explicó que en su proyecto de trabajo destaca el impulso a tres ejes estratégicos: gobierno moderno, abierto e íntegro. Para tal efecto, dijo, se han delineado 54 acciones básicas para alcanzar los objetivos definidos en la legislación.

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