Armando G. Tejeda, corresponsal
Madrid. Juan Luis Cebrián, presidente del Grupo Prisa -empresa editora del periódico El País y propietaria de Santillana, La Cadena Ser y Cinco Días, entre otros- será sustituido el próximo viernes por el consejo de administración, que nombrará como su sucesor al polémico financiero madrileño Javier Monzón. Los principales accionistas de la multinacional española finalmente decidieron cambiar al histórico Cebrián, que desde su llegada a la presidencia de la compañía en el año 2008 ha sufrido una importante merma en su valor corporativo y bursátil.
Cebrián, de 73 años, es uno de los ejecutivos españoles con más influencia y mejor salario -algo más de 13 millones de euros anuales-. Su nombramiento como presidente de Prisa vino precedido por una amplía trayectoria en el mundo de la comunicación y el periodismo, que inició en la etapa final de la dictadura franquista (1939-1976), en la que ocupó importantes cargos en la Televisión Pública Española (TVE), de la que fue jefe de los servicios informativos en plena época de la censura y la ausencia de libertad de expresión.
Durante la transición se situó como uno de los principales abanderados del periodismo español emergente, para lo que se asoció con el empresario editorial Jesús de Polanco y otros empresarios e intelectuales para fundar el periódico El País, que a la postre se convirtió en el buque insignia del
Grupo Prisa. Este consorcio mediático, que tiene intereses en el sector impreso, editorial audiovisual y radiofónico, tuvo su momento de esplendor en la década de los noventa y principios del siglo XXI, cuando su presidente era Jesús de Polanco y se inició una expansión ambiciosa en varios países de América Latina, incluido México -donde compró la mitad de las acciones de W Radio-y Colombia- Radio Caracol-.
Con el fallecimiento de Polanco, también fundador de la editorial Santillana, asumió el cargo Juan Luis Cebrián, que logró incluso situarse como máximo responsable de la corporación por encima de los hijos y sobrinos del empresario. Pero con su llegada a la gestión de Prisa también iniciaron los problemas más graves del consorcio, ya sea por la crisis del sector de la prensa escrita como por la mala gestión bursátil, que llegó al Grupo Prisa a perder más del 90 por ciento de su valor accionarial en menos de un lustro y tener que negociar año con año su abultada dueña financiera, que actualmente superó los mil 500 millones de euros.
La abultada deuda y la pérdida de poder de los accionistas fundadores de Prisa provocaron la incorporación como accionistas de referencia a una parte de los bancos acreedores y a otros empresarios que buscaban penetrar en el sector, como el mexicano Roberto Alcántara, dueño del grupo Herradura, y la familia real qatarí, que controla algo más del 8 por ciento de la compañía. Además de la familia Polanco (a través de Rucandio SA, con el 17.527%), el fondo Amber (15.885%), Telefónica (13.058%), el banco HSBC (9.564%) , Caixabank (4.906%) y Santander (4.145%).
Precisamente han sido este grupo de accionistas, la mayoría del sector financiero, quienes decidieron sustituir a Cebrián en favor del empresario Javier Monzón, que fue durante más de dos décadas presidente de honor del grupo Indra, pero que tuvo que ser sustituido en el año 2015 -en plena crisis- por un escándalo en el que se descubrió el mal uso que supuestamente hacía de un jet privado que tenía bajo su responsabilidad como beneficio de su cargo.
La decisión se produce a menos de un mes de la celebración de una junta extraordinaria de accionistas, prevista para el próximo 30 de octubre, donde la compañía de medios de comunicación propondrá una reducción de capital por 160 millones para compensar pérdidas y aumentar la reserva legal. El pasado noviembre, Prisa anunció que, dentro del proceso de revisión estratégica iniciado por el grupo, estaba valorando una posible venta, parcial o total, del grupo editorial Santillana, precisamente por la abultada deuda que todavía tiene con los bancos.
Cebrián también fue el presidente de Prisa que llevó a cabo el despido masivo de trabajadores de los diarios El País, As, Cinco Días y el resto de publicaciones del grupo en el año 2012.
