Guillermo Luévano Bustamante
Según una nota de Samuel Estrada publicada ayer en este diario, la empresa Uber ha confirmado su próxima instalación en San Luis Potosí, pese a que, según parece, el marco regulatorio local prohíbe la modalidad del servicio de transporte que provee la dicha compañía californiana, a decir del secretario de Gobierno, Alejandro Leal.
Los líderes de organizaciones de taxistas de San Luis se han opuesto en reiteradas ocasiones, como ha sucedido en casi todas las ciudades donde ha ido ingresando al mercado la empresa Uber, con pocos medios para defenderse de las críticas de los usuarios, pero quizá, sin muy bien saberlo, con la ley de su lado, por ahora. Los taxistas se quejan de la competencia desleal, de la poca claridad en la operación de Uber, y apenas tardíamente hacen promesas de mejoramiento en la calidad del servicio, por años muy descuidado.
Comparto la opinión de que el servicio de taxis en San Luis Potosí es sumamente deficiente, inseguro, incómodo, y muchas veces escaso. Pero sé también que el origen de este pésimo servicio se encuentra en la corrupción, como tantos problemas en el país. Hace décadas que los gobiernos estatales han entregado concesiones como obsequios o dádivas a personas vinculadas con la administración pública, dirigentes de partidos políticos o ex funcionarios que reciben una especie de liquidación o premios por lealtades por sí o por interpósita persona. Sé que a los choferes se les exigen cuotas diarias proporcionalmente altas sobre las que el dueño de la concesión no pierde ganancia. Por ello resulta difícil para la administración actual proceder contra los intereses del taxismo local, por la estrecha relación corporativa entre las agrupaciones de taxis, el PRI y el gobierno del estado.
Es probable que la proveeduría de los servicios de Uber sea muy superior en calidad a la que actualmente prestan la mayoría de los taxis en San Luis, según se ha podido constatar en las ciudades donde ya funciona de manera regular aquél servicio de transporte, pero también es cierto que los choferes de Uber se ubican entre los tipos de empleos precarios. No hace mucho que socios y choferes de Uber se manifestaron en la Ciudad de México porque sus tarifas son flexibles y eso genera en ocasiones menos ingresos para quien conduce, sin tocar por supuesto la ganancia de la empresa.
Uber hace parecer que no existe entre la empresa y los conductores una relación de trabajo, pero no es así, existe jurídicamente y ese tendría que ser uno de los requisitos que debería vigilar la Secretaría de Comunicaciones y Transportes potosina y el Congreso del Estado si han de promover, en el ámbito de sus atribuciones, modificaciones al marco legal que permita su operación en San Luis Potosí.
Hay formas de contratación que se van generalizando en el país y que precarizan el empleo, el salario y las prestaciones aparejadas de la clase trabajadora. Casi todas estas nuevas modalidades se encubren en el discurso de la eficiencia y la calidad, que sí, que es probable que sea mejor, pero a costa de los ingresos de quienes laboran.
Los taxistas que no son propietarios de su taxi y los choferes Uber, aun los propietarios, comparten la precarización de sus empleos, pero no por ello dejan de ser empleados. Será más difícil para el propietario de su automóvil en el esquema de Uber darse cuenta, porque se creerá conductor independiente, pero baste acreditar que más que comisionista o contratista, trabaja para otra persona o para una compañía y eso implica que tiene derechos laborales, aunque ni la empresa se los reconozca de inicio ni el gobierno se los procure como prioridad en las negociaciones con la empresa.
Como en muchos casos, con los taxis “tradicionales” o con Uber, son los trabajadores los que menos ganan. Es probable que este sea el reclamo menos frecuente, incluso por quienes aspiren a conducir un coche por cualquiera de las dos formas, porque desde hace tiempo la lucha por los derechos laborales ha pasado a segundo término, reemplazada lisa y llanamente por la lucha por un empleo, como sea.
Twitter: @GuillerLuevano





