El punto del día de la sesión del Consejo Permanente de la OEA, la presentación del secretario general Luis Almagro de un informe sobre la crisis política y económica en Venezuela, fue aprobado con el voto favorable de 20 países.
Una docena de países, incluida la representación de Caracas, votaron en contra, y otros dos se abstuvieron.
La situación en Venezuela está “alcanzando un punto crucial”, dijo Almagro, al leer el documento ante los embajadores de los 34 países del foro continental.
Venezuela, acompañada de Nicaragua y Bolivia, se había opuesto a la presentación del informe de Almagro, tachando al diplomático uruguayo de ser “parte y juez” de un proceso contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, había dicho que con la sesión “se está dando un golpe de Estado en esta organización”.
“Se pretender juzgar a un Estado miembro” de la OEA, afirmó.
En la sesión, los países del continente deberán realizar una “apreciación colectiva” para determinar si el gobierno venezolano cumple las normas democráticas fijadas en la Carta Democrática Interamericana, un documento vinculante que faculta a la OEA a actuar en casos de “alteración del orden constitucional” en un país miembro.
Una comisión del Parlamento venezolano, encabezada por su presidente, el antichavista Henry Ramos Allup, estaba presente en la sesión para presionar por la aplicación de la Carta Democrática.