Ciudad de México. Tras 20 meses de ser representante del PRD ante el Instituto Nacional Electoral, Pablo Gómez Álvarez renunció al cargo por “la incompatibilidad entre la política apegada al programa y principios (del partido)” y la dirigente nacional, Alejandra Barrales, quien “no tiene independencia política”, expresó.
Puntualizó que su decisión no se debe al “hecho de haber sido infructuosamente propuesto para el cargo de presidente nacional sino al insólito y funesto hecho de que políticos empoderados decidan quién debe ocupar la presidencia del partido, pues todos sabemos que Alejandra Barrales fue señalada por el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, como la persona que debía ocupar el cargo”.
El político con una amplia trayectoria de izquierda destacó que la elección de Barrales “no fue libre sino una imposición desde fuera del partido; fue una decisión de carácter gubernamental, un método priísta por excelencia”.