Alberto Aceves/ enviado
Toluca, Edomex. A los pies de un autobús que avanza despacio entre una marea de banderas rojas, aerosoles de espuma y bombas humeantes, miles de aficionados del Toluca celebraron a sus ídolos, los jugadores del bicampeón Toluca. Los más pequeños salieron a las calles con la cara pintada, corrieron, jugaron y se unieron al coro de las canciones más futboleras en la ciudad.
“Booorracho / yo voy cantando / con mis amigos voy festejando un triunfo más / loooco / soy por el rojo…”. La final del domingo ante Tigres es historia (2-2 global, 9-8 en penales), ahora sólo quedaba cerrar el año con la última despedida al segundo equipo más ganador del futbol mexicano con 12 títulos. Mientras el cielo se fue nublando, el capitán Alexis Vega y Marcel Ruiz pasaron el trofeo de Liga de unas manos a otras entre sus compañeros, algunos con gafas de sol puestas luego de una noche que se extendió hasta las primeras horas del día.
“Fueron semanas complicadas. Me infiltré para jugar, sabía que iba a correr un riesgo muy grande, pero este es el amor que le tengo a este club. Puse mi salud al frente del escudo, del patrón y de nuestra gente”, afirmó Vega, autor del penal decisivo en la serie del bicampeonato. La fecha pareció subrayada en rojo para enmarcar los éxitos recientes de los Diablos.
De ser el antepenúltimo lugar de la tabla de cocientes y pagar una multa de 33 millones de pesos en el Clausura 2022, el equipo de la capital mexiquense ganó todo lo que se propuso este año: conquistó los títulos de Liga (Clausura y Apertura, en los que fue líder), alcanzó al Guadalajara en el segundo sitio de los clubes con más coronas detrás del América, que tiene 16; conquistó el Campeón de Campeones, la Campeones Cup y tuvo en sus filas al primer tricampeón de goleo del circuito profesional, el portugués Paulinho. “Venir a Toluca ha sido la mejor decisión de mi vida”, admite el ex atacante del Sporting de Lisboa; “llegué a un país que no conocía, a una cultura totalmente distinta y, en tres torneos, ganar dos trofeos es especial para mí”. Nunca antes un delantero recién llegado al país había liderado tres veces al hilo la tabla de goleo.
El desfile pasó por la avenida Independencia, dio vuelta en las calles Juárez, Villada y Bravo, para luego incorporarse al circuito Miguel Hidalgo y terminar en el El Águila de Colón, la emblemática glorieta que ha acogido tantas veces desfiles militares y festejos por victorias de los Diablos. Las vallas obligaron a buscar distracción, formaron parte del dispositivo de seguridad que genera cierres temporales de calles y comercios alrededor.
Fueron casi dos horas de recorrido. “No pienso en comparaciones, pero aquí no es ganar como sea, lo merecimos de punta a punta”, sostuvo el vicepresidente deportivo Francisco Suinaga, sonriente y despreocupado por las versiones que apuntan a un posible interés de la Federación Mexicana de Futbol por los servicios de Mohamed como seleccionador después de la Copa del Mundo.
“No hablamos de eso, Tony ya demostró que es un ganador absoluto”. La afición del equipo considera que El Turco fue el artífice de esta victoria. “Olé, olé, olé, Turco, Turco”, le gritan desde las banquetas, como si no importara el apretujamiento ni el cansancio. En el futbol que tuvo una audiencia anual de 78.74 millones de personas en México y Estados Unidos, según datos de la Liga, el argentino es el nuevo virrey al que sus rivales buscarán derrocar.





