Reuters
Washington. El secretario de Comercio estadunidense, Wilbur Ross, dijo este jueves que era “demasiado pronto” para decir si Estados Unidos impondrá tarifas de hasta 25 por ciento a las importaciones de vehículos y autopartes, una medida sugerida por el gobierno de Washington que ha recibido duras críticas de la industria.
El Departamento de Comercio abrió en mayo una investigación para evaluar si los vehículos y autopartes importados implican un riesgo para la seguridad nacional y este jueves había una audiencia en el marco de esa pesquisa, en la que testificaban representantes de grupos comerciales del sector automotor y gobiernos extranjeros, entre otros.
Las declaraciones de Ross se dieron al inicio de la audiencia pública sobre la propuesta de aranceles a la importación automotriz.
Un grupo que representa a los principales fabricantes del sector dijo hoy que imponer tarifas de 25 por ciento a los vehículos y autopartes importados aumentaría el precio de los coches en Estados Unidos en 83 mil millones de dólares anuales y costaría cientos de miles de empleos.
Las automotrices aseguran que “no hay evidencia” de que las importaciones de autos impliquen un riesgo para la seguridad nacional y aseguran que los aranceles realmente podrían dañar la economía del país.
Las empresas del sector además enfrentan mayores precios tras la puesta en vigencia de aranceles al acero y al aluminio importados.
La Alianza de Fabricantes de Automóviles, entre cuyos miembros se encuentran General Motors Co, Volkswagen AG y Toyota Motor Corp, advirtió sobre el impacto de las tarifas.
“Mayores tarifas a los autos dañarán a las familias y a los trabajadores estadunidenses, además de la economía (y) elevarían el precio de un automóvil importado casi en 6 mil dólares y el precio de un coche fabricado en Estados Unidos en 2 mil dólares”, dijo Jennifer Thomas, vicepresidenta del grupo.
Un estudio difundido por un grupo de concesionarios de Estados Unidos alertó que los aranceles podrían reducir las ventas de autos en 2 millones de vehículos por año y provocar el cierre de más de 117 mil puestos en los concesionarios o casi 10 por ciento de la fuerza de trabajo.
El Departamento de Comercio estadunidense dijo esta semana que esperaba completar la pesquisa “en un par de meses”.