Carlos López Torres

El adelgazamiento del presupuesto en los municipios será un nuevo golpe al pueblo. Como bien dice el certero refrán: el hilo se rompe siempre por lo más delgado.

Serán los habitantes de las demarcaciones municipales los que paguen los platos rotos del festín neoliberal de los pésimos gobernantes que, habiendo prometido prosperidad para todos una vez llevadas a cabo las reformas estructurales, ahora tendrán que seguirse apretando el cinturón para tratar de paliar la crisis financiera municipal.

No sólo habrá austeridad por segundo año consecutivo, sino que los olvidados vecinos de las comunas, quienes han pospuesto una y otra vez sus viejas demandas de más y mejores servicios, obligadamente pagarán más impuestos y contribuciones para sostener los aparatos burocráticos de los ayuntamientos, así sean los más pequeños como el de Cerro de San Pedro, por ejemplo, cuya nómina se ha abultado considerablemente con un sinfín de aviadores.

No, no se trata de una visión pesimista de quien esto escribe, se trata de lo dicho por Luis Gerardo Aldaco Ortega, coordinador estatal para el Fortalecimiento Institucional de los Municipios (Cefim), quien al reconocer la existencia de municipios que ya tienen fuertes problemas económicos, muchos laudos laborales y deudas con proveedores, todavía están solicitando por adelantado sus participaciones.

Por supuesto, la receta expedida por el funcionario que no demostró mucha imaginación en el lapso que fungió como titular del Inpojuve o como regidor de la fallida administración de Mario García Valdez, es la de echarle ganas e imaginación en la recaudación y cobro de más impuestos, toda vez que los ayuntamientos no ingresan por ese concepto lo suficiente, agregó Aldaco Ortega.

No habló sin embargo el poco creativo coordinador del Cefim sobre cómo apoyaría la dependencia a su cargo para paliar la severa crisis que habrán de enfrentar los municipios en 2017, después que casi al concluir su primer año de ejercicio se la pasaron sobreviviendo debido a los pendientes dejados por sus antecesores, aunque no dejó de recomendar mayor eficiencia en la administración de los recursos públicos, sin mencionar para nada el grave problema de la corrupción institucionalizada reflejado en las cuentas públicas.

El quimérico desarrollo municipal deberá posponerse quién sabe hasta cuándo, dado el centralismo del gobierno de Carreras López, empeñado en cumplirle a las armadoras todas sus exigencias a partir del endeudamiento creciente, cosa que no podrán hacer los ayuntamientos, según el titular del Cefim, debido a la gravedad de las finanzas públicas nacionales que manejarán un presupuesto austero, recortado para las instituciones históricamente más adelgazadas. Así que ojo mis alcaldes, ni se les ocurra endeudarse.

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