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Cerca de 800 familias nahuas huyeron de la Montaña Baja de Guerrero

Sergio Ocampo Arista

Chilpancingo, Gro. El Centro Regional de Derechos Humanos José Ma. Morelos y Pavón, en voz de Manuel Olivares Hernández, aseguró que son aproximadamente 800 las familias indígenas nahuas que huyeron por la violencia que se presenta en varias comunidades de Chilapa de Alvarez, en la Montaña Baja de Guerrero.

En conferencia de prensa, expresó que los desplazados no solamente son de los poblados de Tepozcuahutla, Ahuihuiyuco, de Tetilán “también hay familias que huyeron de las comunidades de Lodo Grande, Tepehuizco, del municipio de Chilapa. También las hay de Tlaltempanapa, del vecino municipio de Zitlala. Son en realidad más de 800 familias desplazadas en esa región”.

Desmintió que ya hayan regresado la mayoría de las familias, como se informó por parte del gobierno estatal “ las que han regresado son mínimas, y en condiciones no de plena seguridad”.

Manifestó que algunas de las familias que regresaron fue porque por un lado se acerca el tiempo de sembrar sus tierras, “y en el peor de los casos por que no tuvieron donde refugiarse, ante la falta de una estrategia por parte del gobierno estatal para atender este problema del desplazamiento forzado”.

Recordó que en Guerrero está vigente la Ley 487 “que se encarga de prevenir y atender el problema del desplazamiento interno. Es una ley general que no está reglamentada, por lo tanto no hay una instancia que atienda este tipo de problemas”.

Mucha gente, afirmó Olivares Hernández “no quisiera regresar a sus pueblos, pero ante la falta de oportunidades de vivienda y de trabajo, y por eso las familias se ven obligadas a regresar, pero hasta ahora no es ni la mitad de las familias desplazadas las que regresaron a sus pueblos”.

Insistió que la gente espera “que regresen la mayoría, para poder hacerlo también. Lamentablemente no hay un registro completo de las familias desplazadas, que lo hicieron de manera desorganizada, están dispersos, y por eso los estamos buscando en diversos barrios de Chilapa, aunque también nos dicen que las hay en Chilpancingo, y hasta en Acapulco”.

Finalmente consideró que el desplazamiento forzado de las familias “ constituye una estrategia de terror inherente que implementa el gobierno mexicano, en contubernio con los grupos de poder fáctico”.

JSL
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