Arturo Huerta González
La economía nacional enfrentará severos problemas en el 2026, dado el predominio de la alta tasa de interés, los recortes presupuestales, el dólar e importaciones baratas, como por las presiones financieras que enfrenta el sector público y el sector privado, que les limita su capacidad de gasto e inversión.
La apreciación del tipo de cambio ha llevado a que las importaciones desplacen a la producción nacional, por lo que ha frenado el crecimiento económico e incrementado los niveles de endeudamiento y la insolvencia de empresas y familias.
La economía nacional no tiene condiciones productivas y macroeconómicas para hacer frente a la desaceleración de las exportaciones por los aranceles de EU, como por el menor crecimiento de la economía mundial.
El contexto de estancamiento, aunado a la inflación y las presiones sobre las finanzas públicas y el sector externo, aumentarán la incertidumbre de la economía, lo que se traducirá en menor entrada de capitales y salida de éstos. A ello se suma el escenario de especulación presente en los mercados financieros internacionales y en la Bolsa Mexicana de Valores, por lo que es de prever que en 2026 se presentarán turbulencias en dichos mercados, así como en el de divisas, lo que ocasionará problemas financieros a los agentes económicos. Se contraerá más la inversión, el consumo y la capacidad de pago de las deudas, por lo que la economía caerá en recesión y en presiones sobre el sector bancario.
A pesar de que el gobierno ha dicho que impulsará la industria manufacturera con los aranceles establecidos a las importaciones provenientes de China, el problema es que el país no cuenta con condiciones que impulsen el desarrollo productivo y la sustitución de importaciones. La política de libre comercio, junto al dólar barato, la alta tasa de interés y los recortes presupuestales han perjudicado a los productores nacionales y no hay perspectiva de que vaya a cambiar la política económica, por lo que más se aleja la economía de avanzar en el desarrollo tecnológico para impulsar la producción nacional, por lo que las importaciones provenientes de China continuarán con sus ventajas competitivas dados sus altos niveles de productividad.
La inflación continuará, tanto por la baja productividad, como por los rezagos productivos existentes que presionan sobre costos y precios, a lo que se suma el alza de impuestos a los refrescos, cigarrillos, como los aranceles establecidos a las importaciones chinas, debido a que la mayoría de tales productos son partes y autopartes indispensables para las exportaciones y la producción nacional, dados los altos coeficientes de importación con que se trabaja. Habrá productos que por esa alza de precios terminen perdiendo competitividad y crecimiento de sus exportaciones, lo que afectará el crecimiento de la producción y del empleo formal.
Al no bajar la inflación a su objetivo de 3%, Banxico proseguirá manteniendo alta la tasa de interés, por lo que continuará por arriba del ingreso nacional, aumentando los problemas de insolvencia, lo que presionará sobre el sistema bancario, con la consecuente disminución de la disponibilidad de créditos, lo que frenará más el crecimiento de la inversión y el consumo.
A pesar de los festejos de la presidencia de la República respecto a la baja tasa de desempleo, continuará reduciéndose la creación de empleo. El IMSS reportó que de enero a noviembre de 2025 hubo una creación de 599 mil 389 empleos formales. Ello dista mucho a la incorporación anual de la oferta de trabajo que son más de un millón de jóvenes en búsqueda de empleo, lo que evidencia que una gran proporción se ubica en la economía informal en la cual se ubica el 55% de la población ocupada, los cuales no cuentan con salario seguro y no tienen prestación laboral.
México no debe seguir apostando al libre comercio, esperando buen trato en las relaciones comerciales con EU, como sí éstas se tradujesen en mejores condiciones de crecimiento productivo y de empleo, lo que no se ha dado en todo el periodo del libre comercio con EU y Canadá.
Ante los fuertes rezagos manufactureros, como en la producción de granos básicos, aunado al subempleo, a la desigualad del ingreso, el déficit de comercio exterior y la dificultad de financiarlo, México debe instrumentar políticas proteccionistas para proteger la producción nacional y modificar la política monetaria, cambiaria y fiscal para impulsar la inversión productiva, el empleo, como para reducir el déficit de comercio exterior y los requerimientos de entrada de capitales.
ahuerta@unam.mx
Profesor del Posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM desde 1975




