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Trump en México
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Enojo mayoritario por la visita de Trump

María Elena Yrízar Arias

Desde la semana pasada que se instalaron algunos consulados de nuestro país en ciudades importantes de Estados Unidos, la canciller mexicana Claudia Ruiz Massieu reitero allá su rechazo a los discursos de odio en contra de mexicanos inmigrantes que se encuentran en calidad de indocumentados.

Como Ruiz Massieu es una política cuidadosa, no señaló directamente a Donald Trump, pero sí hizo alusión a él, por sus declaraciones homofóbicas. Lo anterior, al menos, fue una buena noticia donde la canciller mexicana rechazó la postura del candidato a la presidencia del país vecino.

Aunque muchos mexicanos esperaban que el presidente Enrique Peña Nieto hiciera lo propio para protestar por los calificativos denigrantes de Trump en contra de nuestros paisanos que vive allá, a muchos sorprendió el silencio oficial, que desde luego corresponde con una política de prudencia por parte del gobierno mexicano, que en el fondo lo tildó de hablador por el momento.

Pero, al darse a conocer la noticia de que venía Donald Trump, invitado por Peña Nieto, provocó una serie de reacciones muy diversas de molestia en virtud de generalizarse la oposición a la visita de quien ha insultado hasta el cansancio a los mexicanos, ya que ha dicho que México no es amigo de Estados Unidos, además de acusar que México  les envía criminales y violadores”.

En la capital potosina, con motivo de la presentación del informe de actividades como legislador federal por parte del diputado Marco Antonio Gama Basarte, el presidente del Comité Directivo Estatal del PAN, Xavier Azuara, declaró ayer en rueda de prensa que el candidato Trump no es bienvenido, y enfatizó que “es lamentable que nuestro Presidente no conozca lo que significa  la dignidad y por eso, le exigimos respeto al pueblo de México”.

Por otra parte, Gama Basarte dijo que la presencia de Trump es un claro distractor de la opinión pública, un día antes del informe del Presidente.

Pero, aunque existieron en las redes sociales múltiples opiniones opositoras a la reunión que se llevó a cabo ayer en la residencia oficial de Los Pinos, como quiera, fue un encuentro pacífico y diplomático para el candidato estadunidense. A lo mejor al invitado no le gustó que el Presidente mexicano le dijera de frente y en su cara que los mexicanos merecen el respeto de todos, porque los mexicanos son gente honesta y trabajadora, personas de bien que respetan a la familia y a la ley.

No hay que olvidar que el candidato Trump desde que inició su campaña se queja de los mexicanos y los sobaja hasta más no poder y luego, cuando lo invitan a México, aquí llegó más presto que nadie. O no tiene vergüenza o tiene la boca suelta o tiene muy mala memoria, ya que de pronto olvidó su postura y ayer, en la reunión con el Presidente de México, Donald Trump, entre otras cosas, insistió en que la construcción del muro entre los dos países es necesaria, según él para frenar la migración y el flujo de armas. Se refirió a otros temas del Tratado del Libre Comercio, de la preservación de la frontera principalmente y, por último, se dijo amigo de Peña Nieto y hasta le dio un apretón de manos.

Es claro que México siempre ha tenido una vocación política pacifista de tolerancia. Es muy probable que el gobierno federal haya pensado que no valía la pena ponerse al tú por tú con este candidato, por la simple razón de que no es conveniente pelearse con los vecinos, y otra de las razones que tiene mucho más peso, es que si bien muchos mexicanos rechazan a Trump por la manera en que se refiere a nuestros paisanos, pues pudiera ser que sea el próximo presidente de EU y, nos guste o no, tendríamos que aceptarlo.

La diplomacia es la primera línea en la defensa de la soberanía y de la promoción de los intereses nacionales, que siempre ha usado México para relacionarse con sus adversarios, y esta vez, la está aplicando a buen tiempo, para poder limar asperezas con este señor y pudiera en el fondo servir para que Trump le baje a su volumen de adjetivos calificativos denigrantes y se ponga a la altura de las circunstancias.

Este no es un problema de enojo por el amor propio ofendido de los mexicanos por la imprudencia de Trump, es la responsabilidad del  gobierno mexicano que en el uso de la diplomacia es prudente con el candidato, porque suponiendo que quedara este hombre como presidente del EU, es necesario e indispensable llegar a entendimientos con él, aunque nos enojemos y ni nos guste su lenguaje.

mariaelenayrizararias@gmail.com