Libertad, igualdad, fraternidad

Israel López Monsivais Elizondo

L ibertad, igualdad y fraternidad, fueron los principios fundamentales de la Revolución Francesa, el 26 de agosto de 1789 la Asamblea Nacional Constituyente aprobó la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, prevaleciendo los valores antes mencionados. Con este propósito la Constitución de 1857 liberal-jacobina contempló los fundamentos y estableció las garantías individuales de los ciudadanos mexicanos.

El Constituyente de 1917 estableció los derechos individuales recogiendo los principios políticos fundamentales de 1857 que correspondía a la doctrina del estado liberal de derecho, en su articulado primero se legisló que todos los mexicanos gozarían de las garantías individuales. Al margen del tiempo el 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General reunida en París aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ordenando que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y deben comportarse fraternalmente.

A partir de estos preceptos y tratando de fortalecer el Estado de Derecho mexicano, se llevó a cabo la reforma constitucional de 2010, con la modificación en el artículo primero de: “garantías individuales” por “derechos humanos”. De esta forma la pirámide de Kelsen se modificó en su orden jurídico en materia de derechos humanos: Tratados internacionales (sólo los suscritos), Constitución, Ley, etcétera. Todas estas modificaciones llevaron al establecimiento del matrimonio igualitario en un marco de libertad e igualdad.

Hablando del jefe de Estado, Enrique Peña Nieto, no se ha manifestado sobre los criterios emitidos por la Suprema Corte de Justicia en matrimonio igualitario, indiferencia con la minorías. Al contrario, su par, Barack Obama, lo celebró y dando cátedra de hombre de Estado, dio un magnífico discurso y pintó la Casa Blanca (no la de Lomas de Chapultepec) de colores en un mensaje de integración de la sociedad estadunidense.

Aquí vale una explicación legaloide, en EU con la sola orden de la corte los estados llevarán a cabo el matrimonio entre personas del mismo sexo, a diferencia de México que depende de los congresos locales la legislación. En SLP se tenía la oportunidad de ser pioneros en estos cambios, sin embargo los diputados locales Miguel de Jesús Maza Hernández (presidente comisión de DH, ultraconservador) y Juan Manuel Segovia Hernández (presidente de la comisión de Justicia, no es ni abogado) se dedicaron a congelar las iniciativas en esta materia por su propia ideología.

El matrimonio igualitario no es un privilegio para los gays, es una igualdad de derechos. Aquí en SLP la comunidad LGBTTTI se manifestó el 4 de julio en la defensa de los mismos, ante el ataque de instituciones como la Iglesia católica, que los catalogó de enfermos sexuales. Ignorancia de los jerarcas potosinos pues en el manual de enfermedades mentales se descartó la homosexualidad como padecimiento, sólo es una preferencia sexual, amar en libertad, con tolerancia y respeto de la sociedad.

Enfermedad: la pedofilia. Ejercida por algunos miembros de la Iglesia católica potosina que han sido encubiertos (ej. caso Córdova). Les recuerdo a los miembros de la Iglesia que el actuar histórico de la misma es reprobable. Con solo leer La puta de Babilonia, Fernando Vallejo, nos damos una idea de la pérdida de la moralidad que tanto defienden. Es necesario que el Conapred (Consejo Nacional para prevenir la Discriminación), diseñe e implemente las políticas públicas para evitar la discriminación.

Concluyo con una cita de Sartori: “A Dios lo que es de Dios, al César lo que es del César y a la sociedad civil lo que no es de Dios ni del César”. Es un derecho el matrimonio igualitario, tema complejo con incidencia a nivel social, que sólo la educación puede sensibilizar. Con los principios de la revolución francesa de libertad, igualdad y fraternidad defendiendo los derechos humanos por una sociedad incluyente sin discriminación.

Twitter: francotiradort1