Gobernanza pública a prueba
12 octubre, 2016
Todo explicado
12 octubre, 2016

Silencio oficial

Jaime Nava

A San Luis Potosí regresaron el terror, la violencia, los ejecutados, las balas a media tarde, el silencio oficial –más por ineptitud que por falta de palabras– y las mujeres se fueron haciendo menos. La Procuraduría General de Justicia del Estado tardó más en emitir un comunicado el día que asesinaron a una persona en la colonia B. Anaya que en hacer uso de todos los canales de comunicación oficial para desmentir una publicación que circuló en redes sociales para dar a conocer que hay 47 mujeres desaparecidas en lo que va de 2016.

No hagan caso, dijo el procurador aferrándose a la cifra “oficial” de “dos”, “seis”, “cinco” mujeres desaparecidas. Poquitas, pues. “Hay mujeres que simplemente se van, se cansan de su entorno familiar”, dijo el notario Federico Garza Herrera tratando de convencer a la temida “opinión pública” de que  en San Luis Potosí a las mujeres no les pasa nada y, cuando les pasa, es porque ellas lo provocaron, se cansaron, se casaron, se fugaron, se ennoviaron, se atropellaron, se esfumaron, solitas y por gusto.

Incapaces de asumir su responsabilidad, quienes nos gobiernan buscan repartir la culpa de cualquier hecho que ocurra en la entidad y que no merezca aplausos. Fueron unos “trolls” en redes sociales, dijo a toda velocidad Juan Manuel Carreras preocupado más por ajustar los problemas a su propia altura política en lugar de enfrentarlos.

Marco Antonio Aranda Martínez, secretario general del ayuntamiento, no se quiso perder la oportunidad de sacudirle a la administración municipal toda la responsabilidad en seguridad y aconsejó a las mujeres potosinas regresar temprano a sus casas. No pudo decir: “La noche es oscura y llena de terrores”, porque la frase tiene derechos de autor y en San Luis no hay suficientes cuervos para enviar a las colonias la alerta de género.

Cinthia Paola Castro desapareció el 4 de octubre mientras esperaba un autobús para regresar a su casa luego de terminar su jornada laboral. Si entendimos bien el mensaje de Aranda Martínez, si eres mujer, potosina y trabajas o estudias por las tardes, debes elegir entre tu seguridad o tus actividades porque, mientras estén en el poder, la seguridad no está garantizada a menos que hayas tenido la suerte de haber nacido varón.

Que no eran dos, ni cinco, ni seis. Ayer el notario que cobra en la PGJE reconoció que en realidad son 19 las mujeres desaparecidas y 20 los hombres de los que tampoco se sabe si se “cansaron de su entorno familiar”. A casi 40 familias les falta una persona y no quieren que se hable de eso, ni de los cuerpos que tiran en Peñasco, ni de los huecos que dejan las balas en las calles de la ciudad, y a quienes lo hacen se les llama “trolls” o se les culpa de generar “psicosis”.

La psicosis la provocan cuando no informan a la ciudadanía sobre los hechos violentos oportunamente. La psicosis se vuelve inevitable cuando la ciudadanía ve a su gobernador carrereado frente a los medios de comunicación a quienes les asegura que no tiene tiempo para responder preguntas que sabe serán sobre la creciente inseguridad. San Luis Potosí pasó por una de las semanas más violentas de su historia reciente y el gobernador se fue de la ciudad por “compromisos”.

Tal vez olvidó que desde que rindió protesta como gobernador del Estado, garantizar la seguridad de quienes aquí vivimos es el compromiso que más debiera importarle. Anunciaron 16 detenciones de presuntos involucrados en los recientes hechos delictivos para apaciguar la masa de críticos inmóviles. Preparen sus aplausos porque, para escucharlos, sí darán la cara.

Han pasado 291 días sin que se sepa el paradero de la pequeña Zoé Zuleica Torres Gómez.

Han pasado 7 días y aún no sabemos por qué Cinthia Paola Castro no llegó a su casa

¡Que la UASLP baje los costos de posgrados y licenciaturas! #EducaciónParaTodos

¡Ni un día más en el silencio, ni un día más sin Carmen Aristegui!

@JaimeNavaN

 

Jaime Nava N.
Jaime Nava N.
Estudiante de maestría en Derechos Humanos por la UASLP. Activista en Amnistía Internacional.