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  • Interlocuciones, a discreción
  • Felipe, el disipado
  • Amnesia sobre García Luna

Julio Hernández López

Felipe Calderón Hinojosa sigue entrampado en el tema de Genaro García Luna, el virtual vicepresidente policiaco que le acompañó a lo largo de su sexenio funerario y ahora está preso en Estados Unidos, bajo la acusación de haber favorecido al Cártel de Sinaloa de manera sistemática, “institucional”, durante la “guerra contra el narcotráfico” desatada por el michoacano, entonces panista, que se había hecho de la silla presidencial mediante un sonoro fraude electoral.

El tema volvió a impactar al principal promotor de un nuevo partido político (México Libre) al publicarse una entrevista que Jesús Esquivel, corresponsal de la revista Proceso en Estados Unidos, hizo a Roberta Jacobson, quien fue embajadora en México del norteño país vecino durante dos años. “Conocíamos las andanzas de García Luna… pero debíamos trabajar con él”, es el título del trabajo periodístico, en el que se asegura que “El gobierno de Felipe Calderón tenía en su poder la información sobre los nexos de Genaro García Luna con el narcotráfico cuando éste fungía como titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP)”.

Casi 24 horas tardó Calderón en dar una respuesta. Dirigió una carta a la revista en mención, pero no directamente a la fuente declarativa, la exembajadora Jacobson y reiteró que él nunca tuvo pruebas firmes de lo que, en todo caso, refirió como rumores y se preguntó por qué hubo tal apoyo del gobierno estadunidense si es que se tenían datos confiables en contra de García Luna. “Como la Emb. Jacobson dice, lo que había eran rumores no corroborados- ni por EUA ni por México- con evidencias o fuentes sin sesgo”, tuiteó.

Sin embargo, en su defensa, Calderón se mostró como un político disipado (disipar, en el diccionario de la Real Academia Española, tiene como primera acepción “hacer que algo se desvanezca por separación de las partes que lo forman”. Abiertamente reitera que las agencias de Estados Unidos y el Departamento de Estado “tenían interlocución abierta con todas las dependencias de mi gobierno. Y era así porque la estrategia del gobierno mexicano no dependía de una sola persona, sino era una labor de equipo interinstitucional”.

En esa pretensión de mostrarse como un “presidente” disipado, no responsable en términos personales de lo que se hacía sino partícipe de decisiones de un equipo múltiple, Calderón ha aceptado que Estados Unidos hacía lo que quería, sin tomarlo en cuenta a él, en una confesión de sometimiento del aparato gubernamental mexicano a las determinaciones de Washington: el procurador general de la república (PGR), el director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y los secretarios de la Defensa Nacional, de Marina, de Gobernación, de Relaciones Exteriores y, por supuesto, de Seguridad Pública (García Luna), “estaban autorizadas a interactuar y cooperar con autoridades de Estados Unidos y así lo hacían. De hecho, en muchos operativos en que se requería, las agencias estadunidenses optaban discrecionalmente por la interlocución uno a uno, con algunas de las dependencias mexicanas ya señaladas”.

Jacobson, por su parte, anoche mismo hizo precisiones más diplomáticas que de fondo: “Nunca vi ninguna información CORROBORADA de participación en el narcotráfico; 2. En un ambiente de muchos rumores, uno siempre es cauteloso acerca de trabajar con los funcionarios”.

La diplomática Jacobson, que fue propuesta por el entonces presidente Barak Obama, pero obtuvo la aprobación legislativa luego de una accidentada y larga travesía entre los desacuerdos de republicanos y demócratas, llegó a México y representó a Donald Trump de manera decorativa, pues la relación entre ambos países fue llevada por Luis Videgaray y Jared Kushner. Distante de la Casa Blanca cuando era embajadora en México, ahora lo está más, ya en retiro pero trabajando como asesora de primer nivel en Albright Stonebridge Group una firma de asesoría global estratégica que dirige Madeleine Albright, la primera mujer en ocupar la Secretaría de Estado de EU, de 1997 a 2001, en el segundo periodo de Bill Clinton. ¡Hasta mañana!

Julio Hernández López
Julio Hernández López
Autor de la columna Astillero, en La Jornada; director de La Jornada San Luis.