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El enseñoreo de la delincuencia

Carlos López Torres

Para que San Luis Potosí, estado y capital, no “caiga otra vez en las redes de la delincuencia como ocurrió en el pasado” demanda el presidente municipal Ricardo Gallardo Juárez ponerse de acuerdo a los tres niveles de gobierno.

O sea, la falta de acuerdo y coordinación entre el municipio capitalino y los gobiernos estatal y federal es una realidad, como la presencia de la delincuencia organizada a lo largo y ancho de la entidad es innegable, por más que se pretenda minimizar su existencia desde hace años.

Por su parte, los empresarios mediante sus representantes, al corroborar la proverbial apatía de los gobernantes quienes no dejan de restar importancia al persistente accionar de los delincuentes, atinan al señalar que “lo que está pasando primeramente es la falta de coordinación entre las diferentes corporaciones policiacas…”

Ambos declarantes, alcalde capitalino y empresarios, coinciden a la vez en la necesidad de atender las necesidades de contar con los espacios respectivos de diversión, esparcimiento, prácticas culturales y deportivas que, según los representantes empresariales, “atañe a los tres niveles de gobierno y les compete como sociedad”, aunque no fueron específicos cómo apoyarían sus representados de los organismos empresariales.

No obstante que en su llamado a ponerse de acuerdo con los otros niveles de gobierno el edil de la demarcación capitalina invita a esforzarse y dejar de lado ideologías o colores partidistas, Gallardo Juárez insiste en asegurar que los programas sociales del ayuntamiento son una “válvula de presión” que libera de la frustración y el descontento a jóvenes, adultos, mujeres y padres de familia que no han recibido “ni un trato justo de ciudadanos por parte de las autoridades, ni las oportunidades necesarias para trascender en la vida”.

Sin embargo, la añeja práctica del asistencialismo y el reparto clientelar de dádivas no sólo no han servido para parar la ola delincuencial que se ha enseñoreado en el país y la entidad como lo patentiza la violencia cotidiana que padecemos, sino tampoco ha sentado bases reales de mejoramiento y bienestar social que permita a los millones de empobrecidos ciudadanos de segunda y tercera trascender en su vida azarosa.

En fin, mientras el general en retiro Arturo Gutiérrez, secretario de Seguridad Pública, recibe luz verde de sus jefes para replantear algunos esquemas de seguridad y prevención del delito, dado el fracaso de lo hasta ahora actuado, seremos las y los ciudadanos quienes sigamos pagando las consecuencias del empecinamiento del gober Carreras de aferrarse a la idea de que la entidad sigue siendo tranquila, aunque la cotidianidad de ejecuciones, secuestros, asaltos y agresiones a los polis den muestra de todo lo contrario.